Capítulo 4

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Trent

Tyl hace el intento de ponerse de lado hacia mí, pero la veo dudar, así que sin tan siquiera meditar si es una mala idea o no, meto una mano por debajo de su espalda y la abrazo de tal manera que tiene que apoyar su cabeza en mi pecho. Una de sus pequeñas manos, descansa sobre mi duro estómago.

—¿En qué estás pensando osito? —Le pregunto acariciándole la espalda sabiendo que Tyl solo calla cuando se dan dos situaciones: una porque se está muriendo de sueño, y otra cuando está meditando mucho una cosa, y sé que es lo segundo. Hay un poco de vacilación en su respuesta, segundos en los que puedo ver cómo sus pensamientos salen de su cabeza a toda velocidad.

—Dímelo... —le susurro al oído. Noto como Tylwyth se tensa y su corazón se acelera. Su olor me invade, siempre huele dulce, a frutas del bosque.

—De... —carraspea—. ¿De verdad no te has acostado con Kayla?

«¿Qué? ¿Por qué vuelve a preguntarme eso? ¿No se fía de mí? ¿Está celosa? No, imposible.»

—De verdad Tyl, ya te lo he dicho, nunca te mentiría, y menos en una tontería así —le digo seguro de mí mismo.

—No, osea, ya lo sé, entre nosotros nunca ha habido secretos... Es solo que... ¿Por qué? ¿Ha sido por la conversación en la cocina?

—Sí. —No. Sé que aunque Tyl no me hubiese dicho que Kayla se metía con ella en el instituto, igualmente no podría haber pasado nada entre nosotros, desde que Tyl me mencionó que le gustaba Matt en serio... No he podido dejar de pensar en eso. Me está martirizando saber que Tyl se besa con otro, que desea hacer el amor con otro,... No puedo soportarlo y tener sexo con otra no me apetece nada, y no es que no lo haya intentado. Aprieto con fuerza la mandíbula reteniendo la rabia y la frustración.

—Lo siento, no quería condicionarte, pero a la vez... Gracias, es muy considerado de tu parte, eres un buen amigo. —Me sonríe y después me da un beso en la mejilla que me desarma. «»

«Un buen amigo... ¡Vaya mierda!»

—No me des las gracias por algo así osito, ya te dije que tu eres lo más importante para mí.

—Y tú para mí —dice acurrucándose mejor en mi pecho, yo la aprieto más a mi cuerpo para tenerla lo más cerca posible, me recorre un escalofrío de placer al ver lo bien que encajamos.

—¿Vas a dormirte? ¿Me voy?

—No... quédate, por favor.

No puedo más que hacerlo, pues aunque ella me hubiese dicho que me fuera, no sé si hubiese tenido la fuerza suficiente para hacerlo en este preciso instante.

***

Tylwyth

Cuando suena el despertador para ir a la universidad me entran instintos asesinos. Lo apago de un golpetazo y vuelvo a tumbarme. De repente me acuerdo de que Trent se ha quedado a dormir conmigo pero... Ya se ha marchado. Es normal, yo voy a la Brunel University London, que está a escasos cinco minutos de mi casa y la suya está a casi una hora de distancia. Es una putada pero el mejor programa para la carrera que ha elegido solo está en la University of London. Trent estudia ingeniería mecánica, está obsesionado con los robots y la mecánica, y bueno, se le da genial. Yo nunca entiendo nada de lo que me explica cuando le pregunto por sus clases, pero me encanta escucharlo hablar con ese entusiasmo.

Por lo general Trent da la imagen del típico chico guapo y mujeriego, el deportista popular, pero aunque eso es verdad, también es extremadamente inteligente, siempre ha sido el primero de la clase cuando yo, por aquel entonces, iba a por el simple aprobado. En la universidad eso ha cambiado, afortunadamente, ahora soy de las mejores de mi clase. Si no fuera por Trent, estoy segura que hubiese repetido más de una asignatura en el instituto, pero él siempre me ayudaba a estudiar y... es muy buen profesor. Vale, quizá es que le hacía más caso a él que a los profesores porque, cuando era pequeña, estaba ensimismada con él, lo admito.

El día que nos enamoramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora