Capítulo 24

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Trent

Salgo hecho un basilisco del despacho del entrenador, me duele horrores el costado derecho pero lo peor es que estoy a un paso de que no me dejen participar en el campeonato, de momento estoy suspendido el resto de la semana, al igual que el idiota de Joe. El día no puede ir a peor.

Llego a casa y Sam está haciendo la cena o, bueno, su sándwich vegetal.

—Eh ¿Por qué llegas tan tarde? ¿Estás mejor? —Me pregunta sin dejar de cortar los alimentos.

—¡Que va! Ha sido una mierda, no debí de haber ido ¡Joder! —Suelto tirando mi mochila de deporte bruscamente al suelo y voy a la cocina a por hielo. La mandíbula me palpita y el costado del estómago derecho me arde.

—¡Joder! ¿Qué coño te ha pasado? —Exclama Sam al verme la mandíbula.

—Un gilipollas del equipo, no preguntes, me voy a dormir, mañana me iré a casa —bramo mientras busco una bolsa de guisantes.

—¿Y las clases?

—Me han suspendido el resto de la semana —le explico mientras me voy a mi habitación presionando la bolsa congelada en mi cara.

—¿En serio? ¿Qué ha pasado?

—No quiero hablar de ello, buenas noches.

—Vale tío, no te preocupes por los apuntes, ya te los pasaré.

—Gracias.

Cierro la puerta y me tiro a la cama con cuidado de no hacerme más daño en las costillas. Me levanto la camiseta para explorarme, me duele pero no hay nada roto según el enfermero. Además el capullo de Joe no tiene tanta fuerza. Aunque no me voy a librar del moretón que me está saliendo.

Capullo, ojalá le hubiera dado más fuerte. Suspiro derrotado.

No sé si volver a casa es buena idea o no, quizá quedarme en la universidad es lo mejor para asegurarme de no ver a Tyl y mantener las distancias, pero estoy tan cabreado, que temo que si me quedo por aquí pueda hacer otra estupidez que me deje fuera del campeonato, y eso no puedo permitírmelo, el entrenador lo ha dejado muy claro. No tolera esta clase de comportamiento.

Al día siguiente me encuentro peor y el dolor solo hace que cabrearme más. Me preparo la mochila para volver a casa e intentar serenarme allí, aunque va a ser algo jodido si veo a Tyl. Me arde el pecho cada vez que pienso que me ha rechazado, que a pesar de sentir lo mismo que yo, ha preferido no creerme y seguir con Matt.

Después de comer con Sam y explicarle lo que sucedió ayer en el vestuario, pongo rumbo a casa. Con suerte mis padres ni se enteraran de lo que ha ocurrido. En teoría no van a estar por casa, tienen que acudir a una exposición de vehículos antiguos a la que los han invitado, mi padre estaba de lo más emocionado por ir. Eso me dará espacio y tiempo para pensar solo en casa.

El camino se me hace más largo que cualquier otra vez y para colmo, en cuanto llego, lo hago al mismo tiempo que Tyl viene de la universidad. Paro el coche antes de llegar a nuestras casas a una distancia prudencial, observando como ella entra en su casa.

—Parezco un puto acosador... —murmuro cabreado, le doy un golpe al volante y luego me llevo las manos al pelo y suspiro derrotado.

No la he visto, solo su coche, pero es suficiente como para revivir el momento en el que ella se apartó de mí y me rechazó.

***

Tylwyth

Creo que he visto el coche de Trent, pero eso es imposible, él está en la universidad. Tengo que dejar de pensar en él y en lo enfadado y decepcionado que estaba cuando le dije que quería estar con Matt y no con él, una mentira que aún hace que mi corazón palpite de dolor. He tomado esta decisión por el bien de nuestra amistad, si llegamos a ir más lejos, después no podremos volver atrás y, estoy segura que lo que siente Trent es fruto de un encaprichamiento. No puedo permitir que nuestra amistad se quiebre por algo así. Pero entonces... ¿Por qué siento como si hubiese cogido el corazón de ambos y los hubiera tirado al suelo y pisoteado? Sin Trent mi vida se desmorona, no hace ni dos días que no le veo y ya le echo de menos, como si me hubieran robado una parte de mi alma.

El día que nos enamoramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora