Capítulo 14

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Trent

¡Joder! ¡Maldita sea! ¿Tylwyth está llorando? Soy un capullo por haberle hecho algo así ¿Como he podido cruzar la línea? ¿En qué cojones estaba pensando cuando le he empezado a besar el cuello? En que estaba preciosa y en que sus dedos recorriendo mi cuello me han puesto a mil por hora... ¿Cómo he llegado a este punto de desear tanto a Tyl? No tengo ni idea, solamente sé que antes de que Matt apareciera en escena, yo ya estaba colado por ella, pero Tyl es tan inocente, tan intocable... Podía sobrellevar que solo estuviera a mi lado como amiga, pero ahora que está saliendo con otro es como si mi autocontrol estuviese pendiente de un hilo. He intentado mantener las distancias, incluso me había prometido a mí mismo no venir esta noche a cenar con ella, pero es imposible, no puedo mantenerme alejado de Tyl, es mi ancla, mi felicidad, si la pierdo... ¡Joder, la he cagado! No sé qué hacer, me he pasado, seguro que está enfadada, sé que ella no siente lo mismo por mí y aún así no me he podido controlar. Tengo que aceptarlo lo antes posible.

—¡Joder! —Doy una patada a la basura apartándola y haciendo que caiga al suelo. Me inclino sobre la encimera apoyando los codos mientras me paso las manos por el pelo. La imagen de Tyl con sus labios entreabiertos, su gemido, su corazón latiendo desbocado... No se me va de la mente ¿Hay alguna posibilidad de que ella se sienta igual? ¿Que tenga tanto miedo como yo de que nuestra amistad se vaya al garete y por eso ha intentado salir con otro? No, debo de dejar de inventarme cosas, Tyl está con Matt, punto. Y yo voy a quedarme al margen.

Cuando Tyl vuelve a la cocina ya me he serenado un poco, he tomado una decisión y que Tyl sea feliz es mi prioridad, así que intentaré olvidar lo que acaba de suceder en la cocina.

—La pizza no tardará —digo girándome hacia ella. Se ha puesto otro pijama a cuadros de color rojo, es una camisa y un pantalón de algún tejido suave, está preciosa, como siempre.

—Vale... —contesta sin mirarme—. Gracias por limpiar también. —Se muerde el labio inferior nerviosa y solo puedo pensar en ser yo quien le muerda y le bese esos labios rosados y llenos—. ¿Quieres que veamos una peli?

Tengo que decir algo al respecto y eliminar esta tensión e incomodidad entre nosotros. Necesito que me perdone.

—Me parece bien. Oye Tyl yo no... quería hacerte daño, sé que estás con Matt y de verdad que no sé que me ha pasado, por un momento olvidé que eras tú... —Es una total y absoluta mentira, jamás podría olvidarme de que estoy besando a Tyl, aunque solo fuese su cuello.

Su mirada se clava en mí llena de dolor y me siento miserable, de todas las personas que hay en el mundo, ella es a quien menos quiero hacer algún tipo de daño.

—Osito... —Doy un paso hacia ella decidido a consolarla, aunque no tengo derecho a hacerlo. Pero para mi sorpresa ella da un paso atrás.

—Estoy bien, olvidemos lo que ha pasado, no ha sido para tanto —dice con un tono que nunca le he oído, como sin emociones.

No sé qué hacer ni qué pensar de su reacción, está claro que es mentira, ¿Que no ha sido para tanto? ¡Si le he comido el cuello! La conozco bien y sé que le he hecho daño, pero si no quiero que nuestra amistad se torne rara, tenemos que hacer lo que ella dice y olvidarnos de lo que ha ocurrido, por muy difícil que sea.

—Vale, claro... Vamos a elegir la peli —digo como si nada saliendo hacia el salón, pero noto un mal estar en mi cuerpo por dejar las cosas así y no ser sincero con ella.

Elegimos Dr. Strange, la hemos visto un millón de veces porque somos muy fans de Benedict Cumberbatch, y menos mal, porque no estoy prestando atención. Hay un gran silencio entre nosotros y aunque intento bromear haciendo comentarios sobre la película para hacerla reír como siempre, no tienen ningún efecto. Tyl me sonríe pero su sonrisa no llega a sus ojos.

El día que nos enamoramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora