Capítulo 2

4.9K 193 11
                                    


Trent

Después de la cena nos quedamos los tres, la madre de Tyl y nosotros dos, viendo una película en Netflix. Ellen está sentada en el sillón y nosotros dos en el sofá.

Podría estar en cualquiera de las fiestas a las que me han invitado, bebiendo, ligando y pasándomelo en grande con alguna chica dispuesta, pero me apetece mil veces más estar así con Tyl. Mis padres siempre trabajan demasiado, incluso los fines de semana, así que cuando era pequeño me quedaba a dormir con ella y era lo mejor de la semana, estar con ellas dos me hacía sentir menos abandonado por mis padres, menos solo. Sé que me quieren y siempre me han dado lo mejor, pero a veces hubiese preferido no tener nada y tenerlos a ellos.

Ahora, obviamente, ya no me quedo a dormir con Tyl, y no por falta de ganas precisamente, pero siempre espero a que caiga rendida por el sueño antes de marcharme. No puedo evitar mirarla, está acurrucada sobre mi pecho, dormida y emitiendo unos ruiditos que me ponen malo, y eso crea un sentimiento en mí que intento aplastar con todas mis fuerzas, no puedo sentirme así, ella es mi mejor amiga.

Después del entrenamiento estoy reventado, normalmente no entreno tanto los sábados y tantas horas, pero hoy me he ido a correr por mi cuenta porque sabía dónde y con quién estaba Tyl, y eso, aunque no debería, me ha molestado.

Tengo que admitir que me ha sorprendido que al fin haya dado el paso de tener novio sin ni siquiera habérmelo presentado antes, no es como si ella me tuviera que pedir permiso o algo así, pero soy su mejor amigo y se supone que mi opinión le importa, a decir verdad, me ha dolido.

«Eso es porque estoy celoso. No, no lo estoy.»

Después de lo que pasó con Nate me prometió que nunca más iba a salir con un chico sin que yo le diera el visto bueno, pero claro, fue una cosa de críos, ahora ella es mayorcita para hacer lo que quiera, aunque no puedo evitar sentir que algo me aplasta el corazón cuando la imagino con otro tío. No son celos, simplemente estoy preocupado por ella, Tyl es maravillosa y muy sensible, no quiero que le hagan daño, pero sé que puede cuidarse solita, es solo que... Vale, me jode mucho que tenga novio. Soy un hipócrita, porque yo soy el rey de los ligues de una semana, intento no ser un playboy como dicen, pero, no puedo aguantar con una chica mucho más que esos siete días, a veces menos. Se vuelven locas y paranoicas, si no es porque están celosas de Tyl, es porque a lo mejor la cajera del super me ha sonreído, así que en cuanto veo algo raro, las dejo.

Pero Tyl es como mi hermana pequeña aunque... Me cuesta mucho verla así últimamente. Soy bien consciente del cuerpo de Tyl, de sus pechos y de lo suaves y redondos que parecen, de sus suaves curvas, de lo mucho que quiero besarla a cada segundo que paso con ella. Pero es mi mejor amiga y no estoy dispuesto a perderla porque, en el caso de que ella no estuviera con otro tío y me quisiera a mí, estoy seguro de que lo estropearía todo, y no estoy preparado para perderla, jamás lo estaré.

—Trent —me llama la madre de Tyl en un susurro. La miro y me doy cuenta de que ha apagado la televisión ¿Se ha acabado la película? Ni idea, he estado absorto mirando como Tyl duerme plácidamente entre mis brazos —. ¿Puedes llevarla a la cama? Me sabe mal despertarla.

—Claro, no hay problema Ellen, ahora mismo la llevo.

—Si quieres puedes quedarte a dormir, te puedo preparar la cama de debajo de la suya, como cuando erais niños, aunque creo que ya no cabes. —Me sonríe amable y divertida.

—No, descuida, por las mañanas tiene un despertar horroroso y no quiero estar en el ojo del huracán —bromeo. Por un lado, es totalmente cierto que Tylwyth tiene un despertar horrible. Por otro lado, es mentira que no quiera quedarme y abrazarla durante toda la noche, aunque obviamente no es eso lo que propone su madre.

El día que nos enamoramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora