Capítulo 38

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Trent

He perdido de vista a Tyl y a Avery, no entiendo por qué se han alejado. Tyl me ha sonreído cuando Jazz ha tirado de mí para bailar, pero no me engaña, esa sonrisa no era para nada sincera, y lo entiendo ¡Joder! Yo tampoco quiero estar con Jazzlyn pero es su amiga y no quería ser borde con ella. Giro la cabeza por decimoquinta vez a ver si las veo deseando que acabe la maldita música.

—Oye... sé que Tyl y Matt han roto pero... no me siento mal por ellos —me confiesa Jazz.

—¿Entonces porque le haces creer a Tyl que estás interesada en mi?

—¡Te estoy haciendo un favor! Es para que se sienta celosa —dice ella mientras no deja de bailar de una forma demasiado sugerente.

Ya he tenido suficiente.

—Mira Jazzlyn. —Me deshago de su agarre y me separo de ella. Voy a cortar esto, no me gusta nada Jazzlyn, no parece trigo limpio—. No me lo creo, a ti lo que te pasa es que estas celosa de Tyl, no te estas portando bien con ella y yo no quiero participar en tu juego —le digo serio separándome de ella un paso más.

—¿Pero qué tiene ella que todos la preferís? ¡Yo estoy más buena! —Grita cogiéndome del cuello de la camiseta y me obliga a bajar el rostro para besarme, está claro que lleva demasiadas copas de más.

—¡Joder Jazzlyn! —Me deshago de su agarre con brusquedad antes de que me bese—. Para empezar Tyl nunca te haría nada así, aprende a quererte más a ti misma y no a esperar que otros lo hagan por ti.

Y me marcho cabreado a buscar a Tyl decidido a salir de esta maldita fiesta, ha sido un auténtico error venir, Tyl es demasiado buena y por eso mismo la amo tanto, pero en estos momentos estoy muy cabreado porque se haya dejado engañar por Jazzlyn. Quien realmente no es su amiga.

—¿Ya le has dicho a Tyl que te tiras a su amiga? —Ríe una voz masculina tras de mí; Matt. Mi sangre hierve en mi cuerpo y quiero arrancarle la cabeza, como si no estuviera ya lo bastante enfadado viene este a cabrearme más.—. No te preocupes, ya lo he hecho yo ¿Y sabes que? Le ha dado igual porque me quiere a mi, no le importas una mierda y es muy triste ver como te arrastras tras ella. —Vuelve a reír, está loco.

—Cállate si no quieres que te cierre la puta boca —le suelto cerrando los puños con fuerza sin girarme, pues si le veo la cara no podré contenerme.

—Lo cierto es que eres un mierda, conmigo era feliz, y lo fastidiaste todo. Sabes que tu no le convienes, eres un tipo despreciable que no sabe tener una relación estable y lo acabarás jodiendo y la perderás, te quedarás solo. —Ríe. El muy cabrón es un psicópata, ha ido directo a mi herida—. Tyl volverá a ser mía y ni tu ni nadie lo va a impedir.

—¡Cállate! —Me giro y me acerco a él amenazante, no aguanto ni un segundo más la voz de este asqueroso pirado. Aun siendo más bajito que yo y menos corpulento el tío me sigue desafiando y mirándome como si fuera invencible.

—Cuando menos te lo esperes entraré en su cuarto y la besaré, la acariciaré y seré el primero en follarla, estoy seguro que llorará porque por fin entenderá que soy yo a quien ama —me escupe con rabia. Eso hace que pierda los papeles, me pone enfermo que diga esas cosas de Tyl... me está amenazando con violarla, eso no voy a consentirlo.

El primer puñetazo ni siquiera lo ve venir, cae de espaldas llevándose a unas cuantas sillas por delante y aun así el muy estúpido me sonríe con sangre en la boca. En estos momentos todos los allí presentes nos miran e incluso algunos animan a Matt a devolverme el puñetazo.

—Pelea, pelea, pelea —corean los idiotas.

—No vuelvas a amenazar a Tyl, estás avisado, aléjate de ella.

El día que nos enamoramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora