𝐄𝐌𝐏𝐈𝐑𝐄 - 14

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Su cuerpo había saboreado lo que era el verdadero placer cuando su adolorida espalda tocó la suavidad del colchón

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Su cuerpo había saboreado lo que era el verdadero placer cuando su adolorida espalda tocó la suavidad del colchón. T/n sonrió en el momento en qué cerró sus ojos y la puerta de su habitación fue cerrada. Tzuyu sonrió y caminó por la habitación hasta llegar al tocador que T/n tenía allí, dejando sus aretes, joyas y demás accesorios que tenía, seguidamente quitó la moña que ataba su cabello pera dejarlo caer en cascada por sus hombros. La morena dió un repaso de vista por toda la habitación, y aunque la habitación en la que ella estaba hospedandose -hasta ese momento- era grande y lujosa, toda una suite, la habitación de T/n simplemente era otro mundo.

Mucho más grande, con más cosas y por supuesto, con algunos lujos que solo la emperatriz de América podría darse. Tzuyu tomó asiento en la silla frente al tocador, aún nerviosa sin saber que hacer o decir.

La idea de dormir juntas había llegado muy rápido, no la había meditado, no había pensado en lo que eso significaba y literalmente la había dicho sin siquiera pensar en sus palabras, ¿Dormir juntas? ¿¡En qué estaba pensando!?

T/n dejó de sonreír y se sentó en el borde de la cama, el acolchado crujió suavemente ante sus movimientos, haciendo que la mirada de Tzuyu se clavara en ella.

—Una de mis obligaciones reales era el tener que ocupar una habitación así de grande, al principio pensé que esto era un derrochamiento de dinero, de espacio y de todo en general, pero cuando mi madre me había dicho que las habitaciones podían funcionar como una oficina privada y un cuarto de pánico, en el peor de los casos, no me negué tanto -esta explicó, se quitó los tennis y los calcetines, luego agarró un tarro de su mesita de noche y espació una especie de crema humectante en sus pies- ¿Qué estás esperando?

Tzuyu entendió la indirecta bastante directa, y en cuestión de segundos tomó la pijama que la azabache le ofrecía y se metió al baño para cambiarse, tantos años estando separadas habían hecho que la vergüenza entre ellas volviera. T/n sonrió y se cambió, tirándose en la cama poco después. Tzuyu salió y -más avergonzada que antes- caminó hasta ocupar el otro lado de la cama, libre especialmente para ella. La morena se acomodó en el lugar y puso su mirada en el blanco techo, tal cual estaba T/n.

—No estaba pensando mucho cuando te dije eso -agregó Tzuyu después de un momento en silencio, T/n rió- Solo lo pensé y lo dije, no creí que tú... Bueno, que dirías que sí -dijo, poniendo sus manos en su vientre- Esto es vergonzoso.

T/n ladeó su cuerpo, y acostándose de lado encaró a Tzuyu, esta también hizo lo mismo, quedando ambas viéndosen fijamente. Luego, una pregunta que atormentaba a Tzuyu llegó a su mente, suspiró profundamente y miró a la azabache.

—¿Por qué me habías mentido? -preguntó, T/n dejó sus labios en una línea recta- Muchas veces me pregunté por qué no me habías dicho la verdad, pensé que era una tontería el hecho de que me hayas ocultado de que eras una princesa, y cuando quise preguntarte... Ya te había echado -esta sonrió amargamente- Luego tuve vergüenza de buscarte otra vez, no sentí que fuera correcto.

T/n sonrió y acto seguido estiró su mano izquierda para tomar la de Tzuyu.

—Si estás buscando una respuesta... Creo que no soy la persona indicada para dártela -esta explicó, Tzuyu asintió- Lo que si puedo decirte es que tu padre no estaba pasando por un buen momento en ese entonces -Tzuyu asintió nuevamente- Él y mi madre habían hecho una especie de trato que yo misma repudie. Pero ya estaba hecho, no podía hacer nada.

¿Un trato?

—¿Por qué no sabía de eso? -preguntó la menor.

—Por que muy seguramente lo habrías rechazado -respondió T/n- A cambio de tener protección para tí y tu familia por parte del imperio Americano y de tener la ayuda de mi madre en la reunificación de China, tú debías de contraer matrimonio con la heredera al trono, osea yo -dijo, Tzuyu cerró los ojos- Al principio me negué rotundamente, la tradición de casar a la fuerza a dos personas me parecía algo ridículo, pero tu padre se veía tan desesperado que... Bueno, no pudimos negarnos.

—Entiendo -musitó- ¿Pero por qué ocultarlo? Sigo sin entender eso.

T/n sonrió, delicadamente su mano dejó la de Tzuyu y viajó hasta el rostro de esta, acariciando sus mejillas sonrojadas suavemente.

—La única condición que yo propuse para aceptar este trato fue hacer que tu misma decidieras sí aceptarlo o no, si sabías mi verdadera identidad por supuesto que habrías aceptado sin dudarlo -dijo, Tzuyu asintió dándole la razón- Pero si te fijabas en mi siendo una simple criada doméstica podrías tener la libertad de elegir. No era una prueba ni nada por el estilo, solo quería que tuvieras la oportunidad de elegir tu propio destino.

El corazón de la menor latió con fuerza, a pesar del enojo que sintió en ese momento y lo mucho que había odiado a la mujer que tenía en frente, ella solo había sacrificado muchas cosas con tal de tenerla a ella a salvo. Aún desde mucho antes de si quiera conocerla T/n ya la estaba protegiendo. Ella había dejado a un lado sus creencias, su orgullo y su libre albedrío solo para protegerla.

T/n rápidamente la acunó entre sus brazos en el momento en el que vió los ojos de Tzuyu brillantes, la morena comenzó a sollozar en silencio. Si ella tan solo la hubiera escuchado en aquel entonces ellas no hubieran estado separadas tanto tiempo, no habrían puesto un muro entre ellas y un océano entero de separación, simplemente no habrían pasado tantas cosas.

—Me siento tan estúpida ahora mismo -musitó, sus lágrimas descendían por su rostro, pero T/n rápidamente las quitaba con sus dedos- Tan, tan... Ridícula...

—No creo que sea momento de lamentarse por cosas del pasado -explico T/n, su voz era suave, delicada- Ahora mismo tenemos un buen futuro por delante, pudiste decidir antes y podrás hacerlo ahora, no te sientas mal -dijo- Aquí estaré para cuidarte...

Y en medio de conversaciones normales, risas y lágrimas ambas mujeres unieron sus cuerpos en un cálido abrazo, T/n procurando que la morena se sintiera segura y Tzuyu dejando que la calidad de esos brazos la protegieran, dejando que la oscuridad de la noche las arropará hasta que por fin quedaron dormidas.

Y en medio de conversaciones normales, risas y lágrimas ambas mujeres unieron sus cuerpos en un cálido abrazo, T/n procurando que la morena se sintiera segura y Tzuyu dejando que la calidad de esos brazos la protegieran, dejando que la oscuridad d...

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