3

225 22 1
                                    

Proyecto Salva Idiotas

—Por fin pude llevarla a la cama —Rió Momo, abrazando a su amiga de los hombros mientras caminaban al patio trasero de su instituto, los alumnos parecían no saber de su existencia, por lo que aprovechaban éste lugar para hablar normalmente.

—Con razón estás tan feliz —Sonrió Mina, sentándose en una de las tantas piedras cuadradas sobre el césped, mirando fijamente a su amiga, la cual tomó asiento frente a ella.

—Es una sumisa en todas las reglas, me encanta.

—Oye, no es como si yo quisiera saber eso.

—Jesús —Suspiró, mirando el azulado cielo frente a ellas con una boba sonrisa pintada en el rostro—. Amo a Kim Dahyun.

—Que fácil es hacer que te enamores ¿no? —Se burló su amiga, riendo con suavidad—. Sólo tienen que acostarse contigo.

—No es sólo eso, es la magia que se siente.
Momo se tiró al césped, dando vueltas en él repetidas veces, Mina se levantó de su silla y la tomó del brazo con la intención de levantarla para evitar que ensuciara su uniforme, aunque a Momo poco le importara.

Momo odiaba su uniforme, cosa que no entendía Mina, para ella era bonito.

Se trataba de una camisa manga larga blanca, una falda a cuadros roja y una corbata del mismo diseño y color que la falda, también había una chaqueta roja con detalles grises que Mina amaba con locura, pero que sólo usaba en invierno.

Pero era obvio por qué a una le gustaba y a la otra no.

A una le resaltaba la figura, y a la otra... pues no.

De repente llegó el sonido de una voz masculina a los oídos del par de amigas, y Momo no dudó en jalarla del brazo para tumbarla en el césped junto a ella, rodeando su cintura con su brazo y atrapando sus labios en un lento y suave beso.

—Oh, ya está ocupado —Habló otra voz más grave con algo de incomodidad, seguido de aquello se escucharon pasos alejarse del lugar.
Momo levantó rápidamente la mirada hacia el pasillo y al notar que ya estaba vacío se separó de Mina, quien junto a una mueca limpió su boca con el dorso de su mano.

—¿Cuántas veces te he dicho que si tienes lápiz labial no me beses, Momo?

—Lo siento, lo había olvidado.

Momo se incorporó y sacó de su mochila un paquete de toallas de bebé para extendérselo a Mina, quien rió mientras lo tomaba, ya había una explicación al por qué su amiga siempre olía a bebé.

Mina tomó una y limpió su boca rápidamente, después de que Momo le avisara que ya no tenía nada en la boca se levantó y tiró la toalla en la papelera más cercana.

Y entonces la campana sonó.

Momo se levantó del suelo y tomando su mochila y la de Mina caminó junto a ella por los pasillos para dejarla en la clase que le tocaba.

—Estaré en el laboratorio de química por si me necesitas —Comentó la mayor, Mina asintió mientras tomaba su mochila y la sostenía tras su espalda.

—Está bien, nos vemos luego.

Momo posó una de sus manos sobre la mejilla de la otra y la besó suavemente para después darse media vuelta y seguir su camino hacia su clase.
En cuanto Mina pasó por la puerta de su salón escuchó los vitoreos de su amigo, pero no fue por eso que su mandíbula casi cae al suelo.

Under The Blooming Roses (MINAYEON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora