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Sertralina

—¿Empacaste todo?

—Sí.

—¿Estás segura?

—Que sí —Resopló Nayeon, cerrando la cremallera de su maleta para después sentarse en el borde de la cama, mirando fijamente cómo la menor revisaba cada cajón y armario en caso de que tuvieran algo olvidado dentro.

—No quiero que olvides nada, mi familia está muy apegada a ese odioso juego del que lo encuentra se lo queda.

—Tengo el anillo que me regalaste en el dedo y mi teléfono en el bolsillo, todo lo demás que pierda lo puedo reemplazar fácilmente.

—¿Eso significa que esto también?

Con una mirada de "te lo dije" Mina sacó un disco de uno de los cajones, agitándolo frente al rostro de la morena con todo el aire presumido que su tierno ser era capaz de radiar.

—Está bien, tenías razón —Rió la mayor suavemente, tomando el disco Cosmic de Bazzi entre sus manos para mirar el revés de éste, sonriendo al recordar el momento en que las dos escribieron sobre aquella carátula.

"05/10
Minayeon's birth".

—Me sorprende que tu hermana aún no haya venido a castrarme —Comentó Nayeon entre una sonrisa, abriendo un poco su maleta para meter el disco y después volverla a cerrar.

—Seguramente Seunghoon la tiene encerrada en el calabozo —Bromeó en un tono de voz terriblemente tierno, cerrando el último de los cajones que quedaba por revisar para, con una inocente mirada, acercarse a la mayor, sentándose sobre su regazo a horcajadas para peinar el cabello de ésta con sus manos, cautivándose con la dulce sonrisa que se pintó en su rostro gracias a su cercanía.

—¿No sería de mala educación desaprovechar la oportunidad que tu primo nos regaló?

—Nos vamos en una hora, Nayeon.

—Será rápido.

—Tú sabes que no es así —Rió levemente, pero ignorando sus palabras Nayeon la tomó de la cintura y la tiró de espaldas a la cama, gateando hacia ella para conectar sus miradas, haciendo con ello que el par soltara unas muy grandes y felices sonrisas.

Ni siquiera llevaban un día estando en aquella relación a la que nunca pensaron que llegarían, pero se sentían como en las nubes.

Los labios del par se juntaron lentamente, llevándolas de vuelta a aquel estado de gozo en el que siempre eran sumergidas estando juntas.

Pero al parecer se sumergieron demasiado en su propio mundo, pues no escucharon ni en lo más mínimo la puerta ser abierta desde el otro lado.

—¡¿QUÉ MIERDA?! —En cuanto los ojos de Tzuyu se toparon con la escena sobre la cama dio un paso atrás y cerró la puerta, pero como Mina se lo esperaba esto sólo lo hizo para comenzar a patear aquel muro de madera repetidas veces, maldiciendo mientras tanto la imagen que se fijó en su cabeza en voz alta—. ¡QUÍTALE LAS MANOS DE ENCIMA A MI HERMANA, JODER! ¡ME PAGARÁS EL TERAPEUTA, IM!

—¡Súmalo a mi cuenta! —Rió Nayeon con un tono de burla muy presente, riendo con aun más fuerza al escuchar a la otra dar pisotadas mientras se alejaba—. Tu hermana es demasiado estresante.

—¿Me lo dices o me lo preguntas?

—Y yo que pensaba que tú eras un dolor de ovarios —Sonrió dulcemente, alzando su mano para acercarla al rostro de la menor y acariciar su mejilla con su pulgar—. ¿Qué haremos cuando volvamos a Seúl?

Under The Blooming Roses (MINAYEON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora