54

67 10 0
                                    

Therapist

—Llaves... dinero... identificación... ¿qué me falta?

Sana chasqueó sus dedos al ver su celular reposando sobre la mesa de café, lo tomó dispuesta a meterlo en el bolso que hace unos segundos estaba examinando en busca de sus pertenencias, pero justo cuando estuvo a punto de hacerlo, éste soltó un corto pitido que avisaba una notificación.

Dejó el bolso sobre la mesa al descubrir de quién provenía el mensaje que acababa de brotar en su pantalla, y soltando un suspiro lo abrió.

Chris:
Tercera paliza del año

Segundos después, una selca del pelinegro sonriendo, con el labio roto al igual que su nariz, con la mitad de su rostro morado y la otra mitad manchado con sangre, acaparó el espacio del chat.

Tú:
QUIÉN TE HIZO ESO?

Chris:
Empieza con Na

Chris:
Y termina con yeon

Tú:
Nayeon? Ella lo hizo?

Tú:
Por qué?

Chris:
Eso no es importante, me lo merecía igualmente. De todas maneras, ese no es el punto.

Chris:
Tienes analgésicos?

Tú:
Le dejé todos a Hyunjin, si quieres puedo ir a buscarlos a su casa y llevártelos

Chris:
No es necesario, voy yo a buscarlos, gracias

Soltando un suspiro pesado la castaña se dejó caer sobre el sofá, cuestionándose si ir a cuidar de su amigo o asistir a su cita con sus novias.

Pero antes de que pudiera decidir cualquier cosa, el universo lo hizo por ella.

El timbre sonó dos veces, por lo que no le quedó de otra que levantarse y abrir la puerta principal.

Su corazón se hizo añicos al encontrarse del otro lado a quien podía llamar su hermana, sollozando en silencio pero fuertemente, abrazándose a sí misma sin levantar la mirada del suelo gracias al frío que le proporcionaba sus ropas totalmente empapadas.

—¿Qué te ocurrió? —Cuestionó la japonesa boquiabierta, sin poder apartar la mirada de los hilos de agua que caían desde sus codos al suelo

—P-Pensé que había arreglado mi mo-moto... caí en e-el lago... no sa-sabía a d-dónde ir...

—¿Sólo eso? —Indagó pacientemente, consiguiendo que la coreana alzara la mirada, dejándole ver su expresión totalmente destrozada siendo ahogada por montones de lágrimas que no dejaban de salir de sus ojos.

—S-Satang...

Aunque intentara decir algo más, todo lo que salió de la boca de Nayeon fueron sollozos, que prácticamente fueron un llamado hacia Sana para abrazarla, dejándole desahogarse en su hombro todo lo que necesitara.

De todas maneras ya tenía un presentimiento de que no iba a poder asistir ese día a su cita.

[•••]

—Bueno... creo que esta vez sí tocaste fondo, Nay —Suspiró la castaña, dándole una tercera taza de té verde a la chica sentada en posición fetal en su sofá para tomar asiento junto a ella nuevamente—. Es decir, tiraste tu motocicleta favorita al lago, y no creo que ahora puedas darte el lujo de gastar tu dinero tan inconscientemente como siempre has hecho.

Under The Blooming Roses (MINAYEON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora