пятнадцать | 15

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Editorial; el sucio juego del payaso

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Editorial; el sucio juego del payaso


          Aquella mañana ya tarde, irónicamente, Rilina abandonó el restaurante y corrió por su maleta, pero Nikolai no volvió a esa habitación de hotel en donde todo había sucedido, hasta que Osamu entró por la puerta después de haberle despedido en el aeropuerto. Quizá, desde que la secretaria había aparecido en sus vidas, tanto jefe como administrador se habían convertido en cercanos, pues incluso si nadie le creía al castaño, el atrevimiento de reclamar por la situación de su compañera, no era algo que le costase no solo el empleo.

          —Habrá una solución, siempre la hay. Ninguno de nosotros perderá nada, y esta tarde, ese poeta labioso firmará el contrato con el editorial, ¡porque me llamo Nikolai Vasílievich Gogol! —había asegurado el de orbes distintos, sin temer a equivocarse.

          Los días, rápidos, deshaciéndose cómo espuma en un gustoso café, pasaron sin tener piedad. La joven de, ahora no gafas de pasta negra, se mantuvo en su hogar cuidando de su madre tal como antes, encerrada en su propia biblioteca personal, ese paraíso al que solo ella podía acceder y le daba la tranquilidad que necesitaba. Catrina, quien resultó ser una mascota tranquila, también le acompáñaba echada en la alfombra.

          —Nunca me cansaría de leer este libro —se dijo al finalizar el texto, suspirando por el goce de saber que una vez más, había terminado.

          Para Rilina, aquel libro de nombre "Almas Muertas", le traía buenos recuerdos. Su gustó por la lectura no comenzó con la obra, cabía aclarar, pero le dio los motivos exactos para seguir hojeando sin parar. El autor tenía un seudónimo, por lo tanto, pese a ser ruso jamás le habían dado el reconocimiento que se merecía; la joven suponía que esta persona no necesitaba de ello para continúar viviendo, y sí, era su misma filosofía.

          —¡Rilina, cariño, tienes una llamada!—Se escuchó la voz cansada de su madre desde la sala.

          —¡En un segundo! —avisó y corrió a meter el libro en la estantería para que no se dañara por algún imprevisto.

The Editorial | Nikolai Gogol 🎪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora