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Editorial; el gran Fyódor Dostoyevsky

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Editorial; el gran Fyódor Dostoyevsky.

Aquel día por la mañana, el edificio del editorial tenía otra jornada tranquila; los transeúntes seguían tomado fotos por fuera, otros preguntaban por el tour y otros tantos por el señor jefe. Dentro del inmueble no había diferencia; los empleados entretenidos en sus diferentes y respectivos puestos de trabajo, el amable silencio que envolvía cada pasillo y cada oficina individual, etc.

Así pues, la señorita Rilina Thomashevsky se encontraba sentada detrás del escritorio con su atención en los documentos que revisaba minuciosamente. En la misma superficie de madera en donde movía su pluma haciendo un ruidito molesto, le acompañaba un vaso térmico con café que había comprado hacía media hora, antes de comenzar con su turno temporal.

Si bien sabíamos que la joven de las gafas de pasta gruesa había sido "contratada" solo por dos semanas en el edificio, Osamu no creía que fuera necesario, puesto que en cuatro días, la mitad del papeleo había sido enviado al archivo sin que alguien realmente pudiera quejarse, al igual que de su presencia, ni el mismo Nikolai tenía una palabra para decir. La muchacha llegaba temprano por las siete, y a diferencia del primer día salía a su hora, que era a las cuatro de la tarde; no hacía más que el ruido de la pluma golpeando contra el escritorio y no le dirigía la palabra a nadie excepto si era necesario.

El señor Gogol estaba un poco menos estresado que la semana anterior, ya que podía realizar sus labores como el líder nato que era y no perdía más tiempo con el papeleo del infierno, como lo había llamado anteriormente. Sin embargo, por mucho que el tiempo transcurriera y que por ende al "ratón de biblioteca" cada vez le quedará menos tiempo de vida entre aquellos pisos y paredes, realmente necesitaba quejarse. Necesitaba que algo saliera mal en sus manos para poder si quiera llamar su atención en un regaño, y no, esto no tenía sentido, pero nuestro extravagante hombre albino era así desde su nacimiento.

—¿Cómo es que puede ser tan eficaz? Ni siquiera había trabajado antes en algo parecido — se quejó dentro de su oficina.

The Editorial | Nikolai Gogol 🎪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora