двадцать четыре | 24

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Editorial; razones insuficientes

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Editorial; razones insuficientes

          Cuatro días después de lo acontecido, era un glorioso lunes, ese que todos los empleados del editorial amaban. Los rostros, contentos, mostraban cuanto adoraban trabajar en el mejor editorial del país, y para nada sus cabezas caían sobre el teclado de su escritorio, o al menos no los que trabajan en aquel sector.

          Nikolai y Osamu revisaban los documentos en el escritorio de una Rilina ausente, buscaban con intranquilidad entre sus cosas debido a la licencia que todavía tenía. Habían pasado tres días apenas, e increíblemente se les estaba cayendo el mundo a pedazos; debido a ello, el gran señor Gogol solo pensaba en la importancia que le había concedido a la nueva secretaria, una que consiguió casi de inmediato tras su llegada, y la que claro, no le hacía feliz.

          Afortunadamente, de pronto la mencionada salió del elevador a paso rápido y corrió, sin embargo, al ver a su jefe y al administrador, casi se detuvo.

          —¿Rilina, q-que haces aquí? —cuestionó el castaño nada más al verla llegar.

          —Lamento llegar tarde, pero Catrina no podía quedarse sola y la vecina que me hizo el favor de cuidarle tenía muchas preguntas esta mañana —apenas dijo, se llevó una mano al pecho. Había corrido hasta el edificio desde la parada de autobuses y todavía no se recuperaba, sobre todo porque no llevaba tenis, sino zapatos de plataforma.

          El magnate hizo como si no le importara y siguió buscando.

          —Aún tienes la licencia, puedes seguir descansando, será mejor que vayas a casa —recomendó el del traje negro. Era muy poco tiempo para recuperarse de tal golpe que recibió, estaba preocupado por ella.

          No obstante, la joven literata negó tras lo dicho, luego mostró una faceta avergonzada. Si deseaba que la entendieran, entonces tendría que ser sincera.

          —Estar sola no es bueno para mí —confesó, provocando que el jefe le viese abiertamente—. Prefiero distraerme trabajando, que pensar todo el día.

The Editorial | Nikolai Gogol 🎪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora