одиннадцать | 11

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Editorial; condiciones que no querrás cumplir

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          —No hay diferencia —expresó aburrido.

          Rilina no entendió de primeras a qué se refería con sus palabras, pero cuando le encontró observándola de pie a cabeza sin ningún tipo de prudencia, comprendió entonces.

          —Para mí, sigues siendo el mismo ratón de biblioteca, pero sin gafas —volvió a señalar, pareciendo decepcionado, algo que contrariaba sus pensamientos sobre no esperar nada de ella.

          La joven estuvo a punto de preguntarle si era que ella -ignorando la redundancia-, le había cuestionado si veía diferencia en su persona. Era, básicamente: ¿quién le preguntó?

          —Es todo lo que pude hacer —confesó, guardando con excelencia que por primera vez quiso mostrarse irritada por sus comentarios.

          La secretaria no estaba esperando halagos de su jefe, ni mucho menos una sonrisa de buena gana. Su cooperación se debía a que deseaba ir al evento, bien se sabía, y descubrió en ese momento que el origen de su sorpresiva molestia no era por interés propio.
          Osamu se había esforzado tanto, su madre se vio contenta y Kouyo Ozaki había estado orgullosa de su trabajo, y, como siempre, Nikolai Gogol estaba despreciando todo aquello.

          —Al menos tu atuendo... Mmm... —Se vio pensativo, observando aquel vestido de una pieza en color marfil—. Es de buen gusto. Me recuerda a alguien, pero al mismo tiempo no.

          La prenda era elegante, a Rilina le gustaba, ya que no era tan llamativa ni tampoco invisible. Además, lo conservador se mantenía y le hacía sentir cómoda, fue uno de los comentarios que le hizo saber a Irina, la chica con quién chocó, cuando se lo probó por recomendación en aquella tienda para ricos.

          Inconsciente, el mayor recordó a su prometida.

          —Vámonos, no quiero llegar tarde —se rindió por fin, siendo consciente del importante evento al que no le faltaba mucho para comenzar.

The Editorial | Nikolai Gogol 🎪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora