Bromas Maestras

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Al girarme di un paso atrás, me asustó su parecido, él lucía un poco sorprendido al instante que se percató, volvió su semblante serio y su rostro inexpresivo, era como si bloqueara sus ojos para que nadie pudiera ver a través de ellos, esta vez no me había confundido, el parecido era inminente, por instinto me acerqué lentamente, él no se movió, extendí mis manos a su rostro y lo toqué con suavidad

Lo sentía, estaba tocándolo, podía sentirlo... sus expresiones eran iguales y mucho más maduras que antes; todo conecto en mi mente, las expresiones de Alisa y Karl y su extraño comportamiento

-¿Volk? 

Él miró por encima de mí para ver a sus hermanos

Hubo un silencio que pareció una eternidad, tenía una única forma de saber si era él, sus tatuajes me lo dirían, no me importo que tuviera un suéter manga largar, con rapidez lo subí hasta su hombro y ahí estaba. El tatuaje

 No sabía que sentir, estaba en un estado de corto circuito

-Tengo que decir que no esperaba que esto sucediera -Karl mantenía esa calma en su voz

Lo ignoré

¡VOLK ESTABA VIVO!

-¿Cómo? Es... no lo entiendo ¿Estás aquí?

Un fuerte dolor de cabeza comenzó a llegar, llevé las manos para masajear mi cien

-Winslet, ¿Estás bien? -Alisa se acercó de inmediato

-Alguien quiere explicarme qué está pasando -rabié

El suspiro de Karl resonó por el lugar

-Es algo que deben hablar ustedes dos, nosotros no tenemos que ver, por lo menos no al principio

-¿Ustedes sabían que él estaba vivo? -espeté incrédula

-Va a ser difícil de entender -comenzó explicando Alisa- esperó que puedas manejar la situación -le dio una mirada asesina a Volk, quien asintió 

¿Me mintieron estos cuatro años? La pregunta era absurda, estaba claro que me habían mentido -otra vez- no podía estar enojada del todo, estaba aquí, ¡Vivo!

Lo miré con un poco de admiración

-Volk -mi voz no expresaba ni la mitad de rabia que sentía

-Winslet, no espero que me entiendas -continuó- Alisa y Karl no tuvieron nada que ver, actúe por mi cuenta

-¿Por qué hacerme sufrir de esa forma? -mi voz comenzaba a fallar, la cantidad de decepción que sentía...

-No tienes derecho a estar enojada -comenzó descifrándome- rehiciste tu vida, ¿no?

No tienes idea de a qué precio...

Me quedé en silencio

-Imagina que esto nunca pasó -se encogió de hombros, como si las cosas fueran sencillas 

Lo decía con una facilidad tan dolorosa, sobre todo y lo que más me dolía era su indiferencia, ¿Qué había pasado con las promesas del pasado?

Le di una bofetada con toda la fuerza que me permití, liberando parte de mi estrés

- ¡fingiste tu muerte!, reapareces en mi vida y me dices que me olvidé de ti -miré sus ojos por un instante y entendí lo que había significado para él. Absolutamente nada

Las personas como él no sienten de la misma forma, él no tiene sentimientos reales, únicamente se aferran a lo que les da las sensaciones que necesitan, cuando encuentran otra cosa o persona que los satisfaga nada de lo anterior les importa, nada. Recordé las palabras de la terapeuta 

Después de la tormenta-2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora