Después de la tormenta-2

El arte

- ¿Quién te hizo eso? -enfureció.

¿Por qué parecía saber quien había sido?

-Estaba practicando con armas blancas -minimicé.

Niko lo pensó un momento.

-Sus últimos entrenamientos no han sido con armas, Winslet.

-Decidí entrenar por mi cuenta -Karl se mantenía al margen de todo.

Buen chico

- ¿Con quién? Y no mientas que te conozco lo suficiente

-Niko, estoy bien -intenté besarlo, pero se apartó

Ok. Estaba muy enojado

-Estaba practicando con Volk -dije por fin.

Los primeros segundos no reaccionó, sin embargo, su molestia llegó pronto

-Voy a matarlo -dijo encaminándose con una velocidad agresiva

Karl y yo nos miramos y emprendimos la marcha tras él, quien entró en la oficina de Volk; Volk ni siquiera había levantado la mirada, pero lo hizo cuando Niko golpeó su cara con el puño. Niko lo tomó del cuello del suéter estrellándolo contra la pared y golpeándolo. En toda mi vida jamás había visto a Niko de esa forma, no me gustaba verlo así. 

Por su puesto Volk empezó a defenderse y fue cuando Karl intentó intervenir, no obstante, Volk le ordenó que no lo hiciera, supongo que Karl no quería desafiar a su hermano, porque solo se quedó observando la escena 

Fui capaz de reaccionar cuando por mi mente pasó que Volk podía estar armado, a él no le importaría herir o matar a Niko

-Niko, Basta -intervine metiéndome entre ellos, tirando de Niko con fuerza- amor, está bien, ya está -acaricié su rostro ligeramente ensangrentado- amor, basta, no eres un monstruo ¿Está bien?

- ¿A qué debo el honor? -vociferó Volk

-Mira, imbécil, no quiero que vuelvas a tocarla -le advirtió- como tutor tu deber es no dejar que se haga daño ¿Ya viste los cortes que tiene?

-No son graves -concluyó él- y si lo fueran le enseñarían a defenderse

Niko hizo en ademán de acercarse a Volk, pero lo detuve

-No vuelvas a tocarla, lo digo muy en serio

-Si ella quiere voy a tocarla todo lo que quiera -soltó como provocación

-Basta. Volk, ya cállate y Niko -lo tomé- vámonos

-Estás advertido Smirnov

Estaba segura de que esa advertencia le había gustado a Volk, le divertía ver perder a otros el control, pero era mi novio, no iba a hacerlo, yo no permitiría que lo hiciera

-Karl, iremos mañana temprano -él asintió

Cuando salimos de la SIANA Niko logró calmarse, estaba bastante alterado, así que nos sentamos en una banca e hice que recostara su cabeza en mis piernas

-No tenía derecho a lastimarte -comentó mucho más tranquilo

-Nadie lo tiene, amor

Niko se levantó para besarme de esa forma que me encantaba, era suave, delicado, era un beso noble que alargué hasta que nuestras respiraciones comenzaron a ser pesadas.

-No me gusta verte de esa forma

-Cuando se trata de ti puedo perder el control

Sentía que hace tiempo no estaba a solas con él y fue un placer que pudiéramos pasar la noche juntos, lo quería en serio, tenía ese poder tan mágico de hacer que me olvidara del mundo y de los demás, me había enamorado de él después de todo.

Al día siguiente me levanté mucho más animada y Niko también, acompañé a Karl por los regalos y luego llegamos a la SIANA, estábamos ultimando detalles de la misión, Niko me informaría, puesto que yo me dediqué a las pinturas; cuando por fin estuvieron listas después de dos días de completa pintura y besos por parte de Niko que me acompañaba cada que podía me reintegré al grupo. Iríamos al día siguiente y dentro de dos días a otra misión. Las cosas estaban yendo demasiado bien como para que me estuvieran pasando a mí.

Por fin llegó el día de la primera misión, tal como acordamos, estábamos vestidos de civiles, todos reunidos en la colección privada que presentaría la réplica de la pintura "Entre olas" y luego la que había sido idea mía.

Había hecho una pintura a su gustó, sabía que llamaría su atención, no me equivoqué, el hombre tomó lugar junto a mí para observar la pintura. El fondo era frío, tenía dos niños mirando el feroz oleaje que presentaba el mar, los niños eran la vida de la pintura, lo único que resaltaba

-Dicen que el amor ilumina a las personas -comentó

-O las destruye totalmente -argumenté

Me giré hacia él para saludarlo

- ¿Es de su agrado la pintura?

-Sí, ¿estará en la subasta?

Asentí

-De hecho, va a comenzar ¿Gusta sentarse?

La subasta siguió con normalidad, hasta que llegó el momento de salir y emboscarlo, los seguros de las armas se quitaron y apuntaron en todas direcciones, a comparación de lo que esperaba nadie se quedó quieto, en realidad tuvimos que comenzar a correr.

 Los secuaces del hombre lo defendieron a capa y espada, uno de los nuestros logró tenerlo en sus manos unos segundos, pero el hombre era muy escurridizo. No podía permitirme fallar en mi primera misión, en consecuencia, me quité en comunicador, al hombre solo le quedaba una opción de escape y era su auto brindado, yo estaba más cerca de este, mientras corría hacía el auto, logré meterme debajo, acuchillé las llantas, no obstante, no sufrieron ningún daño, vi los pies del hombre corriendo, tenía que apurarme, no me quedó otra que intentar dañar el sistema, hice varios cortes hasta que el auto comenzó a votar aceite, el hombre ya había subido al auto y estaba por arrancarlo, saqué el encendedor y lo puse justo en donde salía el aceite, el fuego fue inmediato, no había terminado de cubrirme cuando el auto arrancó dejándome a la intemperie

- ¿Estás bien? -preguntó una compañera recogiéndome.

-El auto se está incendiando, no lo pierdan.

Ella comunicó por el radio y alrededor de quince minutos después llegó la noticia.

-Lo tenemos.

La celebración fue efusiva, felicitaciones iban y venían, pero a mí solo me importaba la de una persona.

-Niko -corrí a sus brazos- ¿Te hiciste daño?

-No vuelvas a arriesgarte así ¿De acuerdo? -me regañó.

-Winslet -llamó el coronel.

Me dirigí al pequeño círculo en donde estaba Rina y Alisa- el señor Jules está muy agradecido por la exitosa misión de hoy.

-Es un placer servirle -le saludé con la mano.

-Gracias a tu inteligencia fue un éxito, me gustaría premiarte.

Ese alago no le hizo mucha gracia a Rina.

-No es necesario, señor.

Se sentía raro, porque todo el mundo me trataba como una heroína y no me sentía así, solo sentí que había hecho mi trabajo, de Rina haber estado allí hubiera hecho cosas más increíbles.

-Es de mala educación rechazar un presente, Winslet -me aconsejó el coronel

-Puedes pedirme lo que necesites -ofreció.

Se me había presentado la oportunidad en bandeja de plata

-Necesito algo muy personal.

Jules se interesó con gratitud.

-Necesito que Gólubev salga de presión.