Después de la tormenta-2

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Me miró un poco confundido antes de sentarse y tomar con delicadeza mis manos.

-Te escucho.

No iba a mentirle, les contaría la verdad... a medias.

-Yo... Es... -me aclaré la garganta- ¿Recuerdas Karl y Alisa? Los cuales tienen mi tatuaje.

Él tardó unos segundos en recordarlos.

-¿Qué pasa con ellos?

-Me encontré con ellos ayer -solté por fin.

Niko no parecía entender lo que eso significaba para mí; él conocía parte de la historia, por supuesto omití lo de la estafa, tenía bastante confianza con él, pero era algo que simplemente no quería contar, él sabía de Themis y parte de las cosas que me habían pasado. Era mi compañero después de todo.

-¿No estás feliz? Dijiste que los querías.

-Sí... es solo que me asusta un poco lo que pueda pasar en adelante, no quiero que nos volvamos a traicionar.

Él se acercó dándome un beso cariñoso y pasando sus manos por encima de mi hombro.

-No hay por qué temer, cuando te sientas segura, acércate a ellos, mientras eso no pase, no tienes por qué intentar recuperar su amistad -. Sabía que él tenía razón, pero no era tan sencillo.

-¿Tú crees que exista posibilidad de que tengamos una amistad sincera? -hice énfasis en la última palabra.

-No lo sé, lo único que sé es que no quiero verte sufrir por personas como ellas -aprecié sus palabras, él era de gran ayuda en mi vida.

Susurré un -Te quiero- contra sus labios.

Ambos llegamos a casa de mis padres, ellos se encontraban trabajando por lo que teníamos la casa para nosotros, no tenía otras intenciones con Niko, todo lo sucedido me tenía con la mente en otro lugar; lo cierto era que solos podíamos demostraros más afecto, ya que cada vez que estaba mi papá nos cohibíamos un poco, después de todo lo sucedido papá se comporta más protector conmigo.

-Estás dispersa -se colocó detrás de mí para peinar con suavidad mi cabello- ¿Hay algo más?

-Es solo que estoy un poco nerviosa por las prácticas, serán en uno de los estamentos más importantes, quiero hacerlo bien -no era del todo falso, evitaba mentirle, pero esta vez lo consideré necesario.

Él sonrió antes de dejar un beso en mi cuello.

 -Preciosa, lo harás bien, eres talentosa y apasionada, estoy seguro de que todo irá bien.

Ojalá fuera eso Niko, sería más sencillo.

-¿Qué has pensado para tu graduación? -estábamos a menos de un mes de su graduación, no podía no dejar de estar orgullosa por él- ya quiero que sea el día -. Aproveché para cambiar el tema.

Él sonrió, sabía que estaba emocionado, aunque no lo dijera.

-No importa lo que sea, lo único que me importa es que estén conmigo las personas que quiero.

Fruncí un poco el ceño.

-¿Una cena? -propuse- podríamos hacer una cena con tu familia y... -en ese momento recordé que tal vez él ya tenía planes, alguna fiesta con sus amigos o algo por el estilo- no importa si tienes planes, podemos hacerla el día siguiente.

-Unos amigos me invitaron a una fiesta, estaría bien dejar la cena para el día siguiente.

Me hacía ilusión organizar algo tan especial para él, mi chico era inteligente, el mejor de su clase para especificar, era una buena persona y me daba mi lugar, tenía sus defectos, era un ser humano tal como yo.