Él era libre

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-Bienvenidos a su sufrimiento -comenzó animándonos uno de los chicos- de hoy en adelante, comenzarán a ser preparados para poder trabajar en la SIANA

-Deberán exigirse, los límites aquí no existen, o abandonan el campo o mueren en batalla, no hay un punto medio -siguió Rina- siendo más realistas tienen la opción de irse, la cual es la más sencilla o de desmayarse y vomitar, pero aun así completar su entrenamiento

Rina no me agradaba, era tan... ah no tenía nada de malo, pero la forma en la que decía las cosas me fastidiaba

-Serán pruebas físicas y psicológicas en las cuales probarán si están aptos para este trabajo -agregó Timur- sigan órdenes, aprendan a bajar la cabeza cuando están derrotados y, sobre todo, sobrevivan.

Evité todo contacto visual con todo el mundo, intenté despejar mi mente de Niko y todas mis tormentas, me centré en mi respiración con los ojos abiertos.

-¡Al suelo! -con esa voz inició el entrenamiento.

Saltamos y corrimos alrededor de una hora, ya no daba más, pero no iba a rendirme, tomé el poco aire que me quedaba y logré terminar el circuito, nos permitieron descansar.

-Y-yo n-no sé si lo lo-gre – jadeó una compañera, estaba casi sin aire.

Debí darle ánimos, pero solo me salió un -No creo que lo logremos -la vi a ella, con todo su rostro rojo y luego me vi a mí, pálida y comencé a creer en esa opción. Nuevamente, nos formamos en filas a esperar nuevas órdenes.

-Veremos su agilidad y coordinación en los siguientes ejercicios.

El circuito consistía en subir paredes, arrastrarse, hacer flexiones, por supuesto todos los superiores se burlaban disimuladamente de nosotros, solo faltaba un obstáculo más, todo había ido bien hasta el momento en el que vi que debía hundirme totalmente en una especie de piscina, mi ansiedad, sin razón aparente, regresó, las sensaciones desagradables, las ganas de vomitar, todo estaba allí

«Respira»

«Tú puedes»

No lo pensé más y en menos de dos segundos, el agua fría de aquella piscina me abrazaba, crucé lo más rápido posible, al salir del agua sentí el fresco pegando en mi cara, comencé a tomar respiraciones profundas y pausadas

-Pero que tenemos aquí -mencionó una voz acercándose a mí- его королевское высочество «su alteza real»

Timur hizo una reverencia antes de sonreírme

-No ha estado mal

-Gracias -musité con un poco de mal humor

-Puedes descansar, mañana será peor -bromeó

Sonrió por última vez antes de irse, miré de forma descarada su uniforme, no con malicia ni dobles intenciones, era increíble imaginar lo mucho que había trabajado para poder portarlo, era digno de admirar ver a alguien luciendo ese uniforme.

Así pasó un mes de prueba, solo me daban órdenes y por el contexto yo las seguía, de vez en cuando notaba la pesada mirada de Karl sobre mí, él estaba empeñado en que supiera manejar armas. Debía alegrarme de que me estuviera ayudando, pero no, me estaba preparando para algo, quería asegurarse de que no fuera una debilidad en el equipo, algo estaba sucediendo o presentía que iba a suceder. Dejé esos pensamientos atrás de forma repentina, Niko había comenzado a formar parte de mis superiores, una pequeña astilla me decía que no era posible formar parte de los superiores con tan poco tiempo de estar aquí, pero vamos, era Niko, mi chico podía hacer cosas impresionantes.

Después del último entrenamiento tomé ducha, me puse ropa más cómoda y me dirigí a la sala de estar en donde estaban todos nuestros superiores esperándonos

Después de la tormenta-2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora