"Si una persona ama solo a una persona y es indiferente a todos los demás, su amor no es amor, sino un apego simbiótico o egoísmo ampliado". (Erich Fromm)
Me despertó el terrible olor a humo y los ruidos fuertes. Miré a mi lado y Max no estaba. El día había llegado, Max era demasiado descuidado, se lo había dicho, pero no quería escuchar. Esto tenía que ser alguna venganza.
Me vestí lo más rápido que pude, saqué mi arma y me arriesgue escaleras abajo, encontré a varios miembros de seguridad en el suelo, eso no me preocupó, lo que me alteró de verdad fue ver a el guarda espaldas de Max abrazando sus rodillas y mesiendose como un niño pequeño.
-¿Dónde está max?
-Me quiero ir, quiero irme...
Él no dejaba de repetir cosas al aire.
-¿En donde está?
Al ver sus ojos noté que su mente no estaba en este lugar, él siempre fue una persona mentalmente fuerte, pero alguien se había metido en su cabeza y solo una persona podía hacerlo de esa manera. Alisa Smirnov.
Tenía que salvar a Max, no podía perderlo.
-Win -Celia, una chica del miembro de seguridad me confirmó que había visto a algunas personas con armas, un chico rubio con raíces naranjas, una chica de cabello negro y uno de ojos distintos. Un moreno alto con el chaleco de la Siana.
Me aterré.
-Busca al resto y llama a sus socios, diles que envíen refuerzos por aire.
Ella asintió y cumplió mis ordenes, por mi parte volaba un dron con cámara térmica para hacerme una idea de cuantas personas había, en los primeros 25 metros solo tres, pero a un kilómetro una bala tiró mi dron.
Habían traído un convoy grande y bien armado por lo poco que había logrado ver.
Tengo que salvarlo.
Logré reunir un equipo, unos confirmaban los refuerzos, otros monitoreaban en área, pero aún no habían señales de Max.
-¿Hay algo?
-Solo unas huellas.
Me acerqué a la pantalla, fue en ese momento en el que vi que llevaban a alguien totalmente encapuchado, a penas caminaba, se veía golpeado... esas imágenes me llenaron de furia.
-Qué los francotiradores se ubiquen, manda a traer más municiones -ordené- hoy vamos a volarle la cabeza a la Siana.
Observé y memoricé puntos clave por donde se estaban llevando a Max, las cámaras tenían cierta circunferencia de alcance lo que quería decir que no estaban lejos, en mi cabeza solo tenía a Max, tenía que salvarlo y eso estaba por hacer. Por primera vez salí de los perímetros de la manción para recorrer el bosque en dirección de las huellas, rastros y puntos clave; sabía que estaban marcando el camino, no eran tan idiotas como para dejar evidencias, por lo que supe que querían dialogar; podía ser una trampa, pero fuera lo que fuera tenía que recuperar a Max lo antes posible, luego él sabría que hacer.
Por fin los rastros acabaron, no obstante, no había nadie o eso creí hasta escuchar una risa sutil.
Los primeros meses mi refugio había sido imaginar el momento en el que la Siana llegara a este lugar, luego, cuando no podía dormir me tranquilizaba imaginar las miles de formas en las que podría vengarme y finalmente hoy...
Di media vuelta para quedar de frente, me acerqué con pasos lentos, di una vuelta a su alrededor para observarlo bien, cada detalle de él y eso me hizo reír. Me sentía tan bien imaginando mi venganza que no había cabida para nada más.
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Después de la tormenta-2
Mystery / ThrillerDespués de la tormenta comienza una nueva vida. Una nueva historia.