Me trajo a la fuerza, entró en la habitación y vi que se llevaba lo único que me daba paz, mi lampara.
-Max, no por favor -lo seguí- Max déjame sin comer, pero eso no.
-Tu te lo ganaste -cerró la puerta.
Iba a ser una noche muy larga y difícil. En la oscuridad, mi mente volvió a las preguntas que me torturaban desde que llegué aquí ¿Mis padres estarían bien? Esperaba que sí, que todos estuvieran bien, sabía que los Smirnov habían salido con vida, fue lo único que supe de ellos; siempr,e cada vez que cerraba los ojos me llenaba de esperanzas en que alguien me sacara de aquí, pero cada vez que los abría estas esperanzas se esfumaban dándome un golpe de realidad.
Estaba en el típico sótano del secuestro, en una casa lujosa, pero tan apartada de todo... solo había arboles, nieve y tristeza.
Había intentado muchas cosas para escapar, cada vez los castigos eran más fuertes. La vez que intenté dispararle, me disparó y me dejó sangrando varias horas, hasta que vio que estaba apunto de desmayarme fue que hizo algo, la más reciente fue peor, toda la noche estuve afuera encadenada a un árbol, las cadenas tan ajustadas a mis muñecas que aún tengo las marcas; estaban nevando, me había dejado allí con una fina capa de ropa, tenía varías heridas abiertas, los mosquitos y otros animales se aprovecharon de eso, vomitaba cada vez que lo recordaba. Todas esas torturas se habían convertido en mis nuevas pesadillas, odiaba la oscuridad, odiaba todo lo que pasaba en ella.
Cada hora que pasaba estaba segura que nadie vendría, ya había pasado un mes desde que había llegado aquí, no podía culparlos, era algo peligroso, aún así una parte de mí los odiaba, a Karl, Alisa, especialmente a Volk, sabía que no vendrían, de eso tenía una certeza que no me gustaba, quizás los dos hermanos estuvieran haciendo algo por mí, pero Volk... me lo imaginaba despreocupado, encargado de alguna misión, jugando a atrapar a otros como él, tranquilo, sin siquiera acordarse de mí, ya no lloraba por eso, cada día iba asumiendo más las cosas, haría mi último intento por escapar, si no lo lograba dejaría de intentarlo.
Estábamos en el jardín, me acompañaba a paseos diarios por este, lo miré y seguía tan imperturbable como siempre, me quedé en silencio observando una parte cerca de los muros, había unas manchas azules.
-Son flores silvestres -me dijo.
-¿Podemos verlas?
Él asintió, me llevó con ellas, vi algo que me alegró, una parte no tenía muro, solo tenía una cerca de alambre.
-Mira al frente -señaló- hay 200Km de bosque, ahí hay muchas de estas flores, además, hay animales hermosos, lobos, fieras, uno que otro reptil, listos para comerse a cualquier presa que se les ponga en el camino, en esta época del año no consiguen mucho alimento por lo que están hambrientos.
Lo había dicho al ver mis intensiones, no había forma de escapar, la nieve era demasiado espesa, los animales afuera acabarían conmigo y creía especialmente en ello porque yo misma los escuchaba desde el sótano. No podía hacer nada.
-No intentes nada estúpido o ya sabes lo que pasará.
-Max, ellos no vendrán -dolió decirlo- los hermanos Smirnov no vendrán, mis padres no tienen el poder para llegar a donde sea que estamos, nadie vendrá por mí, NADIE.
Él me miró y apretó un poco los labios.
-Quizás sea cierto... Pero la policía intentará buscarte, no te encontraran, entonces muchas personas van a sufrir.
-¿Ese es el plan? ¿Torturarme para que ellos sufran? -bufé- ni siquiera saben lo que pasa aquí.
-Oh, claro que lo saben, todo está planeado y dejaría de "torturarte" -hizo las comillas- si te portaras bien.
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Después de la tormenta-2
Mystère / ThrillerDespués de la tormenta comienza una nueva vida. Una nueva historia.