Los pensamientos

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-¡¿Cómo fue que pasó?! -el coronel no estaba nada contento con los resultados.

-Rina, Alisa, Karl, Volk, James -suspiró llevándose las manos a la cabeza- ¿Eso es todo lo que tenemos? ¿Nos debilitaron así de fácil? Se supone que son mis mejores agentes -el coronel quería asesinarnos.

-¿Nadie va a responder?

El silencio se extendió, no había excusas, la habíamos cagado y ya estaba. Supuse que nadie diría nada, por lo que él llamaría directamente.

-Winslet -clavó esa mirada llena de enojo sobre mí.

Maldita mi suerte.

-Coronel -carraspeé- no hay mucho que decir, no lo estudiamos lo suficiente o tal vez los subestimamos, no lo sé, pudo ser que no hubo suficiente comunicación entre los líderes -. Cada uno tenía una forma diferente de trabajar, al igual que sus convoyes, cada uno quería hacerlo a su manera y eso fue un error- no nos dio tiempo suficiente, fue una muy mala idea lanzarnos al ruedo sabiendo que la información no era suficiente.

De pronto hablaba más rápido de lo que pensaba, el pinchazo en mi brazo me recordó que otros compañeros seguían en el hospital y eso me molestó.

-¿Me acusas de tener la culpa de este fallo cuando Karl mandó todo al demonio por la chica, Rina no se movió de su posición, Alisa prefirió luchar ella sola antes de pedir ayuda... y podría seguir, porque la lista es larga?

-¿Y las órdenes mayores de donde vienen? ¿No es usted quien las da? -cuestioné.

Los rostros de todos parecían analizar cada palabra de nuestra conversación.

-¡Siempre rompen las reglas! ¿Ahora se apegan a ellas?

-Usted nos envió allí sabiendo que la preparación había sido poca, nunca hacemos una misión sin mínimo un mes de preparación y de pronto, unidades de todos las áreas de la Siana están reunidas para un trabajo que nunca dijo por orden de quien.

-¿Qué estás insinuando?

Negué con ironía.

-Nada, solo me parece extraño, aplazamos las misiones programadas por esta ¿Quién es el cliente? ¿Es tan importante como para poner sus intereses por encima de nuestra seguridad?

-Sea lo que sea que te está pasando por la cabeza mucho cuidado, si no quiero dar el nombre del cliente, si quiero reunir al equipo, puedo hacerlo y no te debo explicaciones ni a ti ni a nadie, ¿Vale? Ubícate.

Estaba por replicar, pero Volk me detuvo deteniendo mi cuerpo con un brazo como barrera, estaba tan enojada que en realidad no me importaban los rangos.

-¡No puede jugar con nuestra seguridad por sus intereses! Si fuera un buen líder lo sabría.

Estaba jugando con su paciencia, pero tampoco me importaba mucho, yo tenía una herida de bala en el brazo, él no.

-Tus acusaciones son muy serias, Winslet. -intervino un compañero.

-No son acusaciones, me pidió una respuesta y allí la tiene.

La discusión subió de tono y terminamos todos fuera del despacho. Cada uno se fue por su lado para reflexionar.

Solo estábamos Volk y yo en casa, nos estaba rodeando un silencio tranquilo, sabía que estaba tramando algo y por su puesto yo quería formar parte de ese algo.

-¿Iremos contra el coronel Brandon? -cuestioné de forma directa.

-No -se limitó a contestar.

Entonces recordé otro detalle. El hombre del sótano.

Después de la tormenta-2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora