La hermosa dama

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Nos explicaron la nueva misión, entrenamos más fuerte, reforzamos todo lo que debíamos y a pesar de que Volk me dijo que el asunto del hombre que irrumpió en su casa ya estaba resuelto (era probable que no siguiera vivo, pero preferí no preguntar) seguía con la sensación de que aquello no era bueno.

Esa noche, estábamos vestidos de civiles, era una fiesta; debajo del vestido tenía el arma sostenida por un arnés en la pierna, sostenía una copa en mi mano, estaba atenta al reloj, faltaba tiempo, miraba a todos los invitados buscando un solo gesto que me indicara por donde atacar o en el peor de los casos como sobrevivir, en mi campo de visión apareció Alisa, iba a cruzar el pasillo. Me guiñó el ojo y continuó su camino.

-¿Qué le pasó a tus ojos? -fue lo primero que pregunté al ver a Volk.

Sus ojos estaban del mismo color.

-Lo diferente llama la atención.

Asentí.

-Bienvenidos -la mirada del caballero fue directa a mí -señorita, permítame decirle lo hermosa que se ve.

Hice una pequeña reverencia en agradecimiento.

-Nunca la había visto - preguntó pasando de Volk.

-No suelo salir mucho, solo en ocasiones especiales -sonreí con amabilidad fingida.

Eso pareció gustarle.

-Me encantaría que conociera a mi hijo -bueno, por lo menos no era con él- en una de esas puede que terminemos siendo familia.

-Creo que es algo que a mi esposo no va a gustarle -tomé la mano de Volk.

El señor se sorprendió.

-Vaya, lo siento -se disculpó.

-Mi esposa es hermosa, no me molesta que lo diga -cambió su personalidad totalmente, a una más amable de esas que aparentaban sinceridad, sus favoritas.

Un joven muy guapo se acercó a nosotros.

-Enviar a mi padre no fue una buena técnica de conquista - comentó ajustando su saco.

Me veía bien ¿Pero tanto?

-Themis -mencionó.

-Max -Volk volvía a cambiar su personalidad a una más seria y menos amigable.

-Muchas gracias, padre, puedes seguir con tus asuntos.

El señor asintió y se marchó.

Volk y yo compartimos una mirada, comenzaba a dudar de la veracidad de su realidad, ¿él mandaba a su padre?

-Soy Max -se presentó ante mí.

-Winslet de Smirnov.

No iba a lidiar con esa situación, no quería coqueteos de ningún tipo, tenía que evitar distracciones.

-Se casaron muy jóvenes -mencionó sin ningún tipo de expresión en particular.

-El tiempo es relativo -comentó Volk.

-Ya veo -se encogió de hombros- ¿Tengo oportunidad contigo? - me preguntó directamente.

-Cuando seas capaz de protegerme como él lo hace, cuando me conozcas tan a fondo como él, tendrás una oportunidad y puedo notar que no eres de esos hombres -finalicé.

- ¿Me estás retando a conquistarte? -preguntó divertido.

Una de dos o era valiente o no conocía al verdadero Volk.

- ¿Me estás retando a matarte? -intervino Volk- Me parece que mi esposa te ha dicho que no.

-Ósea que, si ella aceptara, a ti no te molestaría -insinuó.

Después de la tormenta-2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora