Capítulo XXXVII Una alianza peligrosa pero conveniente.

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Ruyman.

- "Queda confirmado señor Bencomo ha sido provocado. Pero es extraño, aunque ha habido un herido leve, se observa que el incendio se hizo para no provocar muchos daños materiales, para que paciera un accidente menor un descuido tonto."- me dijo mi jefe de seguridad.

Mis padres habían ido al hospital a visitar a la camarera herida, que recibió algunas quemaduras leves, tratando de apagar el fuego con un extintor. Como se les había explicado en la clase de evacuación y protección antincendios, en caso de conatos pequeños.

- "Extraño, ¿para qué se provoca un incendio que pronto es sofocado?, eso no es normal, algo buscarían, llamar la atención o algo."- continuo el jefe de seguridad,

- "¿Hay en el hotel una exposición de objetos valiosos, joyas, cuadro, arte en general o de algo de importancia, susceptible de robarse?"- pregunté.

- "No hoy solo hay dos convenciones una es de médicos, y la otra de una asociación de periodista de libertad digital."- me respondió.

Justo en ese momento, recibí un mensaje extraño de un número anónimo.

- "Esta todo preparado, vigilé quien deja atrás, parece una distracción conveniente"- no entendí el mensaje que venía es un número oculto, pero tampoco me tiempo a analizarlo, justos en ese momento me sonó el teléfono, era el pesado de Rayco. Iba a despacharlo rápidamente, tenía cosas muy importantes que hacer y rápido. No me gustaba dejar sola a Andrómeda.

- "Rayco, estoy ocupa..."- me interrumpió, y con lo que me dijo me dio un vuelco el corazón.

- "Déjate de idioteces, están a punto de secuestrar a tu mujer, la Hechicera se dio cuenta, y los está entreteniendo, para evitarlo, ya he dado la alarma al grupo de seguridad de la C.P.A., a la policía, a todos. Al parecer recibieron órdenes los escoltas que están a cargo de tu mujer, de que les iban a revelar, ordenes que desde la sede central nadie dio. Regresa ya, esto todo fue un montaje."- sin más cortó.

- "Avisen a mis padre, dígale que me vuelvo, también al Jet tiene que estar preparado para cuando llegue al aeropuerto, y revisen las cámaras del hotel buscando pistas, quiero el coche en la puerta ¡ya! Están intentado secuestrar mi esposa."- mi corazón latía desbocado, y una furia, además de un miedo incontrolable, me inundo, de una manera que nunca había sentido, de poco sirvió mi autocontrol, lo que más deseaba en estos momentos era en tener a mi mujer en mis brazos, y a saber que estaba bien, lo demás me daba igual.

De camino al aeropuerto, me volvió a sonar el teléfono era otro mensaje del mismo número desconocido.

- "El enemigo que buscas está muy ligado a tu mujer, sino lo consigue esta vez lo seguirá intentando, pero su verdadero deseo es para dos años."- sus mensajes era como acertijos, pero las pistas fueron claras, dos años, sólo hay un enemigo que nos esperaba ahora, y en dos años, el hijo de puta de Marchetti.

Ese maldito hombre seguía obsesionado con mi mujer. Mi conocimiento del mafioso me había enseñado que era un hombre entregado a las reglas que el mismo había impuesto, cumplía los contratos que firmaba, porque ya en ellos, estaba la trampa que te comprometida a cumplir sus deseos, era un hombre muy inteligente, y por ello muy peligroso. Pero este paso que dio es un paso muy impulsivo, algo fuera de lugar en la naturaleza de Marchetti.

- "¿Qué fue lo que le llevo a cometer tremendo error? Tengo que asegurarme que es Marchetti, si consigo pruebas de que fue el mafioso había cometido un error que yo podría usar para liberarnos". Desde que me llegó este pensamiento me di cuenta de que no quería liberarme de Andrómeda, esa mujer se había convertido en algo muy importante en mi vida, y si le pasaba algo yo sería capaz de matar a Marchetti con mis propias manos."- mi mente era un cumulo de pensamientos y emociones.

Comprada por la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora