Capítulo XV. Andrómeda conoce a la familia Bencomo II

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Emi.

Dentro del baño, después de recibir otra descarga de alteración de hormonas femeninas, por culpa de ese hombre que me esperaba detrás de la puerta. Me vestí rápido, necesitaba estar con otras personas, que me sirvieran, mejor dicho, que le sirvieran de escudo a ese hombre de mí, porque si seguía diciéndome esas cosas que me decía, pronto iba ceder a la tentación, y conocería a mi futura suegra, teniendo sexo pecaminoso y seguramente muy satisfactorio, con su hijo, delante de ella.

- "¿Pero que le dan de comer a esta familia?, ¡por dios!, es intensa, a más no poder."- pensé, tomé aire para tranquilizarme y abrí la puerta.

En un segundo el aire me ahogo, y comencé a toser de forma descontrolada, mientras una imponente y hermosa mujer acompañada de otra que era la versión más joven que ella, apartaron a mi futuro esposo aun lado, y comenzó a abrazarme de forma efusiva, mientras, la versión más joven trataba de calmar la efusividad de la madre.

Porque de una cosa si estaba segura, estos tres era madre e hijos, los delataba esos ojos azules de como láseres, cuya misión en este mundo era denudar el alma a la humanidad para descubrir sus secretos.

Aunque en cada uno de ellos, incluido el hermano gemelo de Ruyman que conocí ayer, tienen su grado de inquietud y misterio diferente , la madre de Ruyman mostraba en su mirada sabiduría y fuerza, por otro lado la hermana de Perseo, mostraba al mirar, la inteligencia y el desafió, me imaginé que ser la única mujer entre esos dos, debía haberle hecho desarrollar esa características en su personalidad, para sobrevivirlos, finalmente los dos gemelos, que aunque idénticos, en su mirada se observa una personalidad muy diferente. Mientras el hermano de Perseo es analítico, cuidadoso, mi futuro esposo, es intenso, explosivo, y todo un estimulante para mis sentidos, que me mire, provoca en mi mente y en mí, miles de sensaciones, donde todas ellas, concluyen en que me dejaría hacer de todo por él, algo que, en mi forma de ser luchadora y de autoconservación, es muy peligroso.

- "Tu debes ser Emilia, mi hijo mayor Bencomo, me ha hablado de ti, bueno tenía que ser él, porque, como siempre, Ruyman es muy suyo, y prefiere guardarse la cosa para él..."- comenzó a decirme la madre mientras me abrazaba efusiva y me daba dos besos.

- "Mamá, ¿Por qué no te presentas y la dejas de agobiarla? la pobre ni siquiera ha podido salir del baño y ya te abalanzaste sobre ella, además ni la has dejado hablar y casi se ahoga del susto que le has dado. Perdona, soy Cathaysa, lo mejor de los hermanos Bencomo, y no es broma, aunque adoro a Zipi y Zape y mataría por ellos, te tengo que decir que estas cargando con un castigo, Emilia."- me gusto Cathaysa en cuanto habló, era más sosegada que su intensa madre.

- "Ranita creo que tu marido no estaría nada de acuerdo, el pobre es el que más te sufre, y no sólo a ti, a esos dos gloriosos gemelos, que han llegado a este mundo para vengar sus tíos."- oí decir a Perseo detrás de mí, mientras nos seguía, ya que no sabiendo como, y a una velocidad, me encontré saliendo de la habitación, y mirando por el pasillo del ático, desde arriba, vi a muchas personas mirándome desde el salón.

Todas sonreían, había bebes de varias edades y un niño, dos mujeres que parecían sacadas de una revista de modas, y cuatro hombres también de diferentes edades, que haría las delicias de cualquier mujer que tuviera sangre en el cuerpo.

- "¿Pero qué clase de genes tiene esta familia?, ¿es qué han hecho un pacto con el diablo o con dios, para ser perfectos?"- gemí en mi interior.

- "No te dije, tiempo récord, mamá esta vez te has superado, un minuto, no me extraña que Zape tenga esa cara de tortura, papá a tu hijo menor le va a dar un sincope en cualquier momento"- dijo el hermano gemelo de Perseo, muerto de risa.

Comprada por la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora