Capítulo VI. La decisión de Perseo.

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Ruyman.

Aun no entendía que hacía esperando en esa sala, a que me entregaran a la diosa esclava, pero el estúpido de Rayco, no me dejaba en paz, y si yo no iba acogerla, era muy capaz de presentarse en él y exigirla para él.

No quería analizar porque, pero no deseaba que él o nadie la tuviera, y con la condiciones que tenía la puja de Andrómeda, su periodo era ocho años, parecía que el vendedor no quería venderla, como si quisiera quedársela para él.

Mientras esperaba, en la sala de entrega, esta última idea me sobrevino, ¿que tenía de especial Andrómeda, la diosa esclava? Era virgen, bueno eso podía volver loco a los hombres, más con ese cuerpo hecho para el pecado, pero ¿Por qué tenía tantas exigencias en su compra?, exigencias que tras firmarlas estabas obligado a cumplir, en el periodo de tiempo que te imponen de prueba.

Primero son ocho años, en vez de los seis meses que tenían el resto de las mujeres, con esto lo único que conseguías, era que muchos comparadores inseguros, se echaran para atrás, y no pujaran por ella, pero si estabas decidido a tenerla, te exigían que la hicieras tuya de casi forma inmediata. Y eso era algo que, por la mirada, unido a la expresión que reconocí en la preciosa Andrómeda, eso no iba a ser tan maravilloso como se pintaba en la puja, tenía las sospechas que la dura diosa, no te lo iba a poner fácil.

No deseaba estar ahí, no deseaba ser comprada, y pondría la manos en el fuego que en su venta había algo más de lo ilegal, de lo que nosotros creíamos. También había otras condiciones que no estaba dispuesto a cumplir como la de que la devolución se anulaba si me casaba con ella, o eso pensaba en un principio. Lo más importante de las condiciones, era que yo estaba obligado a proporcionarle alojamiento, manutención, que podía ir desde cómoda, ropa, dinero para gastos, eso no me era complicado, ya lo había hecho con mis amantes, lo que no me gustaba era que debía siempre vivir conmigo, tenía que presentar pruebas de que vivíamos juntos de manera mensual, durante ocho años, una auténtica locura.

Aunque no sabía cómo podían comprobar eso. La pruebas se podía fabricar y si yo liberaba a la diosa, tras sólo tenerla una noche, ¿cómo los descubrirían ellos?, yo era un hombre muy ocupado y viajaba mucho incluso a Europa y Asia, ¿cómo podían asegurarse de que la llevaba conmigo? Tenía la sensación de que había algo que no se me habían contado.

Para colmo cuando pude recuperar el móvil, al fin, tenía veinte llamadas de cierto gemelo que compartía sangre conmigo, le envíe un mensaje que se tranquilizara que ahora estaba ocupado que luego lo llamaría. No pensaba hablar con el paranoico de Benearo, delante de los hombres de Marchetti, tenía la sensación de que proporcionarle información de cualquier tipo a ese seudo empresario, de empresas turbias, era muy peligroso.

Cuando saliera de allí, mandaría a mi jefe de seguridad que me realizara un informe completo y detallado, sobre la vida y obras del maldito Humberto Marchetti.

Cuando el seudo empresario llegó, junto a sus hombres, vino a entregarme a la diosa personalmente, cosa que me extraño, ya que Mark me había dicho que eso no ocurría, eso me reveló muchas cosas, y algunas desde luego, me preocuparon, otras me dejaron claro, que los enfrentamientos con este maldito italiano iban a durar.

Primero, miré a Marchetti, deseaba un segundo enfrentamiento, con el italiano, el primero me había dejado mal sabor de boca, pero esta vez la tensión que se reflejaba en su cara, no demostraba la seguridad y la tranquilidad que observé al principio, cunado lo conocí, y eso me confirmo, que el haber obtenido yo a la diosa, no le había gustado nada.

Deseaba sonreír, miré a la diosa esclava para evitar reírme, pero un fuerte impacto en mi cerebro, tras recibir la mirada de esa diosa cuando levanto la cabeza, y un deseo casi incontrolable, de atraerla para declarar la como mía, me sobre vino, sorprendiéndome y asuntándome, tuve que hacer uso de mi gran autocontrol para que no se notara.

Comprada por la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora