Capítulo X. El otro gemelo del terror.

2.5K 189 3
                                    

Benearo.
Ya hacia veinticuatro horas, me había enterado de la estupidez que había cometido mi padre en su afán de casar a su único hijo soltero, para que le diera nietos, bueno para ser sinceros eso era lo que queríamos todos en la familia, y el lo entendía, aun recordaba como luche, por huir de mi mujer, la mujer que amaba más que a su vida.
Mary lo era todo para mí, y sobre todo era tranquilidad, excitación, miedo, alteración, felicidad, risas, seguridad, lo era todo, me hacía sentirme vivo, realizado, completo.
Esa escocesa, y mis dos hijas eran mi único mundo, era tan feliz a su lado que a veces lamentaba haber huido de lo que sentía por ella al principio, cuando supe lo que me afectaba, en el fondo sabía que la amaba.
Es por eso que me había uní a la cruzada de la manipuladora familia Bencomo, para buscarle una pareja a mi hermano, el ser que mas odiaba el compromiso, y sentirse atado a nadie.
Y lo decía tan convencido, como si yo no le conociera, él y yo no sentíamos lo que sentía el otro, aunque hubiera un océano por medio.  Eso es lo bueno y malo de ser gemelos, no sabría cómo explicarlo, pero lo que ocurre es que ambos presentimos cuando el otro nos necesita, cuando está feliz, hasta cuando está sufriendo.
Así que la idea de que el eligiera una mujer de por vida me pareció estupendo, cuando el idiota de Mark Lambo, aconsejo a mi padre se le olvido decirle o cerciorarse de que no hubiera algo ilegal en todo eso. Pero claro, con un hombre como Mark que aparte de esposa, tenía amantes, los límites de lo legal y lo ilegal, podían desdibujarse muy fácilmente.
Había decidido viajar a Estados Unidos , estar al lado de mi hermano cuando regresara de la dichosa trampa para que eligiera mujer, que toda la familia le había creado, tuve mis dudas que el cabezón de Ruyman, eligiera alguna mujer esa noche, si además añadimos que iba a saber el motivo por el cual había asistido a ese evento, tendré que firmas una condiciones y un contrato permanecer juntos de al menos seis meses, según las malditas normas que Mark nos había relatado.
Yo sabía que desde que mi hermano leyese las condiciones del contrato, todo acabaría allí, lo más seguro es que aunque perdiera esos miseros diez mil dólares saldría de allí como alma que lleva el diablo, pero, por una extraña razón, mi madre y la Ranita tenían, un estúpido presentimiento.
Y sorprendentemente se había cumplido, lo comencé a sentir desde que desembarque del jet privado de la familia Bencomo, algo había ocurrido, Zape, había sido alterado por algo o por alguien, que era lo suficientemente impactante para que nuestra conexión se activara como una alarma silenciosa, entre los dos.
Desde que me subí a la limusina que me llevaría al ático, de lujo de soltero de mi hermano, lo comencé a llamar, hice infinidad de llamadas pero él no contestada, en eso recordé que Mark me había dicho que los móviles cunado firmas el contrato son confiscados, Zape, nunca se desprende de su móvil, por si surge algo de la empresas que debe resolver de manera ágil e inmediata,  así que me sorprendí al darme cuenta que por alguna extraña razón mi hermano había firmado paz condiciones y ahora estaba obligado a cumplirlas.
Aunque eso me aclaraba si el pujaría por una joven casadera, casi me está desesperando la sensaciones que recibía de mi hermanos era cada vez mas intensas y mas fuertes, estaba en verdaderos problemas, no se por que me llegó esa sensación pero la supe, como claridad, así que no deje de repetir y repetir la llamada, hasta que finalmente me respondió.
- “¿Qué quieres Zipi?, pesado.”-me dijo mientas oía gritos e insulto de una mujer en italiano, lengua que ambos conocíamos perfectamente, muy cerca del teléfono, tan cerca que apenas podía oir a mi hermano hablar. No hacía falta ser un genio para descifran los insultos que esa mujer alterada dedicaba a mi hermano, no pude evitar sonreír, al parecer Zape había pescado un tiburón, de los que ladran y muerden.
- “Es tu futura cuñada, que está encantada, porque nos vamos a casar.”- me dijo y eso hizo callar a la mujer de forma inmediata, haciéndose un silencio peligroso, si yo hubiera sido mi hermano en ese momento me hubiera gustado que siguiera gritando, la verdad es que lo estaba disfrutando, me encantaba ver a mi hermano sudando por una ser del sexo opuesto para variar. Pero lo que dijo mi hermano a continuación, me borró la sonrisa de raíz. - “¡Ah! dile a papá y a todos que se os fue la mano, intentado que me casara, porque si mis sospechas son ciertas, esto era una venta de mujeres, y eso hermano es ilegal, idiota, aún estoy por averiguarlo, pero cuando hable con mi futura esposa, os digo. Y, por cierto, están me la pagan, todos.”- dijo colgando.
Inmediatamente llame a Mark.
- “Cuéntame, ¿Qué es eso de que esos evento no es otra cosa que venta de mujeres?”-  dije directamente. El idiota, comenzó a titubear, queriendo negar que eso fuera así, lo que sólo confirmó las sospechas de mi hermano, los evento de la empresas Marchetti, para realizar bodas para millonarios entre bellas y predispuestas mujeres, para el matrimonio, era todo una pantomima, no era sino un fraude un delito, una simple trata de blancas, mientras escuchaba a Mark explicarse vagamente me  frustré más, al saber , por el estúpido empresario, amigo de mi padre, que mi hermano había firmado un contrato y si denunciaba o revelaba algo de los negocios de los Marchetti, una parte muy grande de su fortuna pasaría a esa familia.
Le colgué el teléfono a ese estúpido, más tarde hablaría  con mi padre de su gran amigo, y del problema que había metido a su hijo menor.
Llamé a mi asistente para que encargar una investigación encubierta de los negocios de los Marchetti, mientras me dedicaría en insistir en llamar a mis hermanos para que al menos me revelara el nombre de “mi futura cuñada”, como decía él, quería saber cuál era exactamente sus pretensiones con ella.
Nos habían educado en una ambiente de respeto a la mujer. Mi madre nos había enseñado a que ante todo nunca imponer nuestros deseos y nunca obligar a una mujer hacer algo que no quiere hacer. No creo que mi hermano se haya olvidado de esa máxima, por mucho que esa mujer la hubiera impresionado.
Ante la sensación de ansiedad, llamé al única persona que sabía que me lo cogería y que me podía informar de lo que verdaderamente estaba pasando, y no era que nuestro mejor amigo Rayco Vieira, la persona más sincera, más directa, la única que no le tenía miedo a los arranques de ira de los gemelos del terror, además sabía que era acompañante en el coche de mi hermano y de “mi cuñada” en estos momentos.
- “Así que, ¿Por qué no acceder a ellos través del bocazas de Rayco?”- pensé. En segundos marqué el teléfono y al segundo todo respondió la llamada.
- “Oye Zipi, deja de molestar, tu hermano no te va a acoger el teléfono”- me dijo el idiota de Rayco.
- “No necesito hablar con él, sólo deseo que me digas como es ella, y si esta asustada.”-
- “En dos palabras, diosa griega, el cabrón de tu hermano tiene gusto para las mujeres, tu cuñada es un sueño humed…”- no pudo terminar ya que me imagine lo que había pasado, mi hermano le había quitado el teléfono, lo había apagado. Era totalmente comprensible, si “mi cuñada” era tan impresionante, me imaginé que oír hablar a tu mejor amigo de tener sueños húmedos con la mujer que era tuya, sólo te daba dos opciones, o le partías la boca para que se callase, o lo hacías callar de alguna otra manera.
Yo como conozco a Ruyman, tenía claro que su forma de ser, Zape había hecho callar a su mejor amigo de la forma más original, y menos perjudicial, para que nuestro bocazas amigo, Rayco Vieira, supiera que por ahí su sinceridad sobraba.
Mientras esperaba la llegada de Zape, acompañado de Rayco, y la persona que más quería conocer, la mujer que había hecho que el ser que más odiada ser controlado, hubiera caído como un pardillo, en la trampa que mi padre y Mark le habían hecho.
Sabía que algo había ocurrido, algo lo suficientemente importante para afectar al gemelo del terror, más controlador y de ideas fijas, de toda la familia Bencomo. Al único que la influencia familiar, le había llevado a huir lo más lejos posible, a otro continente.
Mientras esperaba, le dejé un mensaje a mi padre, sabía que en pocas horas se levantaría y lo leería, no quería pensar la reacción que iba a tener, pero ya era hora de que mi padre pusiera al cabeza loca de Mark, en su sitio, antes de que mi madre se enterara de lo que había hecho, cambia la posibilidad, que no sólo rodara la cabeza de Mark, posiblemente de la de mi padre también.
Tardaron en llegar, pero cuando oí moverse alguien el la entrad del ático, me senté con mi whisky a esperar ser detectado por mi hermano, y fue justo en ese momento que pasó algo que no había pasado nunca, cuando Ruyman entro en la casa, continuo caminando, paso por el salón hasta la escaleras y subió al primer piso.
Por primera vez en toda nuestra vida, desde el día de nuestro nacimiento, con cinco minutos de diferencia, Ruyman Bencomo no se dio ni cuenta que yo estaba allí en el salón, sentado ,bebiendo whisky.
- “Ruyman Benearo caíste presa de algo que te tiene inquieto, algo que sólo sentí una vez en mi vida, y esa fue con la mujer que me casé ¿Sera que esa mujer es tan impresionante que no puedes controlarte y por eso estas aterrado?”- me dije a mi mismo en un susurro, mientras recibía las sensaciones que Zape estaba experimentado, en mi propio cuerpo.
Pero la respuesta quedó contestada cuando una diosa griega, escapada del olimpo, me miró al entrar en el salón como desconcertada, como diciendo que algo no cuadraba. Eso alentó, a mi vena troll y decidí, echar más leña al fuego para saber hasta donde era capaz de llevar el control, mi testarudo hermano. Pensando esto sonreí con pircada.
-“ Haber hermano hasta donde estas dispuesto a llegar por esta mujer”- pensé mientras preparaba mi teatro, de hombre acosador y atrevido.

 


 


  


























Comprada por la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora