¿Por qué lloraste la última vez que me viste?, ¿acaso no fuiste tú la razón de mi despedida?
Golpeas con encanto a mis demonios y abres las heridas que estaban por cerrarse, cerraba mis ojos y las cicatrices comenzaban a formarse.
¿Acaso mi sangre sigue sobre tu baño, en tu cama, en tu sofá, en tu ventana, en tu puerta, sobre aquellas cartas de colores que guardas bajo tu cama?, ¿acaso mi sangre sigue apareciendo sobre cualquier estupidez que te recuerde a mí?
Los escritos cortos lastiman antes.
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Los poetas malditos nunca mueren IV
PoesíaLos poemas que te escribí son aquellas razones por las que viví, ahora que he escrito suficientes, me pregunto si algún día los leerás para mí...