Haz lo que quieras hacer, miéntele a todas las personas que mencionan mi nombre, lindo mentiroso, estúpido amor veinteañero, te odio.
Las heridas me obligan a recordarte, las mentiras me obligan a extrañarte, porque eras tan bueno en eso, sabías lastimarme y culparme por ello, fingiendo que no lo ocasionaste, sonriendo como un maldito ángel. Olvidaste el café de mis ojos tan pronto como tu perfume se agotaba, temía el día en que no nos viéramos más y empezaras una nueva vida en la que mis demonios dejan de sonreír, temía que me abandonaras y siguieras el camino, cariño, lo estás haciendo bien.
Todo el tiempo corría asustada, la tristeza y el otoño no eran de gran ayuda, pero ahora que estoy ardiendo y estoy siendo olvidada, me di cuenta que tal vez dejé que toda esta mierda me derrumbara, tal vez le añadí demasiado peso a una historia que no me llevaría a ningún lugar.
Amé de manera correcta a la persona incorrecta, me abandonó y terminé bajo la tierra, estúpido amor veinteañero.
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Los poetas malditos nunca mueren IV
PoetryLos poemas que te escribí son aquellas razones por las que viví, ahora que he escrito suficientes, me pregunto si algún día los leerás para mí...