Las cosas siguen siendo iguales aunque pasen los meses, yo sigo aquí, tú estás allá, tan lejos el uno del otro, libres de tantos terremotos. Las rosas se ven tan grises, las pinturas se ven tan blancas y las películas de 1962 tienen más color del que desearía. Hemos limpiado esto, lo que destruimos, tuvimos que olvidarlo, tuviste que hacerlo. Las estrellas se han ido, eso significa que yo también lo hice, mis lindos lunes se han ido, me di cuenta que nunca debí dártelos.
Guardé cada una de las palabras que dijiste y que pudieron ser verdad, pero complicaste las cosas e hiciste de tu voz una mentira, de tus manos un fósforo y de las mías un triste bosque solitario sediento de fuego.
Mi puerta quedó abierta la última vez que estuve ahí, el clavo de la esquina parecía tambalear sobre el muérdago, dejé mis maletas llenas de basura que ya no pienso usar, que ya no puedo usar y un pequeño recordatorio de que las almas jamás se van, porque sigo ahí, en las paredes, en las hojas y en el muérdago que se quedó sabiendo que la navidad pasó hace un tiempo.
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Los poetas malditos nunca mueren IV
PoetryLos poemas que te escribí son aquellas razones por las que viví, ahora que he escrito suficientes, me pregunto si algún día los leerás para mí...