Los suelos eran cada vez más estrechos, elegías donde colocar tus zapatos, sobre los recuerdos que deseabas pisotear, los que a pesar de haber aplastado, siguen sujetos a tu espalda. Una vez me amaste, dos veces habrían sido demasiadas, tuviste una buena noche la primera vez que me viste, ahora no entiendo por qué no se convirtió en algo duradero. Moviendo tu sonrisa a través de los azulejos, tomaste todas las veces en las que me amaste y me obligaste a quedarme con ella para siempre, porque no pude olvidarla, a pesar de que me destrozaste, porque no pudiste amarme dos veces en una vida. Los números siguen teniendo luz, presionando cada uno de ellos, buscando una salida, porque los espejos golpean las cuatro paredes, todo es tan borroso y frágil, un chiste viejo, un escrito olvidado, un amor tan corto, porque no estábamos preparados para amar demasiado. El elevador te dejó en un lugar diferente al que pediste, te enamoraste de un fantasma, demasiado tarde para amarlo de nuevo.

ESTÁS LEYENDO
Los poetas malditos nunca mueren IV
PoetryLos poemas que te escribí son aquellas razones por las que viví, ahora que he escrito suficientes, me pregunto si algún día los leerás para mí...