La tierra se siente tan suave, sintiendo a las lágrimas de Dios arruinando mi techo, las flores vuelven a vivir, ojalá todos pudiéramos hacerlo. Septiembre pasó y no te acercaste a mi nombre, pero sueles venir en octubre más de dos veces, como si fuera una tradición sentir mis lamentos corriendo a través del aire. Luces, cámara, maldición, tomaste todo lo que no pude llevarme antes y lo hiciste tuyo, pintaste las flores de un color distinto esta vez, borraste los recuerdos y a las abejas que bailaban sobre ellas.
El tiempo oscurece la vista, pero las estrellas arruinan sus planes, creía que no podía estar más solitaria, pero te has llevado todo lo que tuve. Luces, cámara, etcétera, robaste todo lo que no pude llevarme antes, pintaste las flores de un color distinto esta vez, ahora me extraño a mí misma y todo lo que dejé sobre las flores azules que alguna vez fueron amarillas.
Tuviste mis temores, mis errores, mis inseguridades, mis deseos y todas las cartas que no creí hacer, los hiciste tuyos y ahora mis huellas dibujan tu nombre aunque ya no quieran hacerlo.
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Los poetas malditos nunca mueren IV
PoesíaLos poemas que te escribí son aquellas razones por las que viví, ahora que he escrito suficientes, me pregunto si algún día los leerás para mí...
