En el salón había un aproximado de 100 generales reunidos en diferentes grupos, Abaddon comienza a explicarme que cada grupo que veo son zonas y horarios, me va señalando y explicando que el grupo de América cuenta con treinta tropas repartidas en el turno mañana con seis como en el turno tarde, dieciocho en turno noche, ya que son alternas y fines de semana porque el fin de semana trabajan más cantidad de horas. Algo parecido pasa con las tropas de Europa, África, Asia y Oceanía. También hay tropas con menor cantidad de miembros que son específicas para agua y aire. Me presenta ante todos ellos quienes uno a uno se acercan a saludarme y a decirme que están a mi disposición para lo que necesite siempre y cuando no estén trabajando. Me presenta a Modán, a quien se le observa muchísima experiencia, éste, muy amablemente, vuelve a darme la bienvenida con lo que sería un apretón de miembros, ya que en vez de tener manos, tiene una par de pies donde finaliza su muñeca. Él es el general de una de las tropas de Europa del Este. Me pide que lo acompañe y Abaddon hace un ademán con la mano para que vaya con él. Me lleva hasta su tropa, la verdad hay tantos seres allí que ni siquiera los puedo contar. Me presenta ante todos quienes me saludan y haciendo una reverencia, luego me presenta a su hija y sucesora quien también forma parte de ellos y me sorprendo al ver que es Maribel quien me saluda muy eufórica y cariñosamente ante la mirada desconfiada y achinada de Modán. Habrá muchas libertades aquí abajo, pero creo que hay cosas que tanto en el mundo mortal como en éste, no cambiarán nunca.
Luego me dicen que es hora de irnos, despliegan sus bellísimas alas y remontan vuelo, no sé qué hacer, yo alas no tengo, no sé como seguirlos, al ver que no los acompaño vuelven conmigo y me preguntan por qué. Les explico que yo no tengo alas, por lo que ambos se ríen y me dicen que todos los que estamos aquí abajo y somos libres las tenemos, me explican como sacarlas, que la primera vez será un poco doloroso, pero que a medida que vaya practicando y conociendo sus funciones ese dolor o malestar ya no los tendré más.
Hago lo que me dicen y tras cuatro intentos, un dolor indescriptible siento desde mis omóplatos hasta mi cintura, luego del cual dos hermosísimas e inmensas alas aparecen detrás de mí, quedo asombradísimo al verlas, el general y su hija me sacan de mi ensoñación, me dicen que es tarde y debemos marcharnos, asiento y volando torpemente, me voy con ellos.
Una vez llegados al lugar, Modán les dice a sus tropas, —ya saben qué hacer, salgan a cazar, que ningún alma se les puede escapar. — Todos los seres que se encontraban con nosotros salen desparramándose por toda el área que le corresponde a ésta tropa. Los tres nos quedamos sobrevolando el área mientras soldados de nuestras tropas se acercaban a nosotros con almas que se resistían a ellos, pero ya tan a acostumbrados a su trabajo, ninguna podía zafarse y huir. Llegaban hasta Modán o Maribel, les explicaban como y porque terminó su existencia como mortal y porque estaban condenados, ellos asentían con la cabeza, los soldados se dirigían a diferentes volcanes en actividad, y en picada entraban con las almas en ellos llevándolos directamente al infierno. Maribel me explicó que los volcanes en actividad eran entradas y salidas directas que ahorraban tiempo a los soldados al momento de volver a la tropa luego de haber dejado al condenado. Y era verdad, no tardaba ni cinco minutos cada soldado en volver a salir de la boca del volcán. Uno de los soldados trajo un alma que a diferencia de las otras, no ponía resistencia en ser llevada, le explicó a Modán los motivos por los que era traída, había asesinado a un aproximado de setenta personas ella sola, que había hecho sufrir hasta el día de hoy, su último día de vida, a otra persona, el general asiente para que sea llevada al volcán, pero antes de irse, en un hilo de voz que se mezclaba con tristeza, ira y angustia dijo que todos a los que asesinó fueron responsables de las incontables violaciones que sufrió, de mutilarla y de la muerte de su bebé, por lo que un ya no tan decidido Modán ordenó a su soldado colocar a ésta alma en el área destinada a los que debía darse un posible juicio, ya que dudaba sobre lo que con ella debía hacer y necesitaba resolverlo en conjunto con Abaddon. El soldado asintió y siguió sus órdenes.
Toda la noche fue lo mismo, la verdad, no me disgustaba para nada éste trabajo, mejor que el que tenía en la mina sin lugar a dudas, lo era. Al empezar a salir el sol, las tropas del turno mañana llegaron y relevaron a los de la noche. Modán le hizo un resumen sobre la noche al general que llegó con la tropa de la mañana. De ahí volvimos al gran salón donde se hallaban todos los generales del turno noche pasando sus informes, al llegar nuestro turno, el general también pasó su informe, le explicó sobre el alma de la cual había dudado, por lo que Abaddon solicitó tanto al general como a su hija quedarse para finalizar con éste inconveniente, y a mí para que aprendiera. Asentimos, Abaddon finalizó la recepción de los de los informes, los aguardó manifestando que las revisará luego y se dirigió junto con nosotros a saber más sobre aquella alma. Llegamos hasta donde se encontraba, una habitación bastante cómoda a mi parecer. Se presentó ante ella, como lo había hecho conmigo, le pidió que se presentara y que contara como fue su muerte. Ella dijo llamarse Giovanina, que tenía veinticinco años, que era una médica especializándose en cirugía plástica, que hace poco más de un año atrás fue raptada mientras iba a su trabajo por una mafia que traficaba mujeres, que la tuvieron secuestrada y en alquiler durante casi todo el año, que había sido violada muchas veces, que quedó embarazada en una de las tantas, que más allá de todo ella quería tener a su bebé, pero que la drogaron, y un médico del clan le había realizado una histerectomía con embarazo y todo, para que la pudieran seguir utilizando y ya no ocasionara éste tipo de problemas. También contó que cambió su actitud hacia esas personas, volviéndose dócil y complaciente, que consiguió que confiaran en ella, que organizó una enorme fiesta en la mansión de uno de los jefes del clan, a donde absolutamente todos por decisión propia, por interés u obligación, tuvieron que asistir. Fue un asesinato masivo, ya que usando tanto armas como veneno había matado a todos. Sólo a uno dejó vivo, y éste fue el médico, al cual inmovilizó sobre una mesa y sin anestesia operó y efectuó un cambio de sexo, obligándolo a mantenerse consciente. Una vez recuperado, Giovanina lo ayudó a vestirse con la ropa que la hacían utilizar para trabajar, lo maquilló, lo peinó, le colocó tacones, puso un arma a su lado y luego liberó sus manos y sus pies. Apenas ésto pasó, el médico, con rapidez y prontitud, tomó el arma en sus manos y le dio varios tiros a Giovanina en el pecho y ésta cayó sin vida al piso con los brazos bien abiertos y una sonrisa liberadora.
Abaddon, quien se mantuvo callado durante el relato, le pregunta al alma si está cómoda, si necesita algo y le avisa que revisará su condena, y volverá una vez tomada una decisión, el alma de Giovanina respondió que no necesitaba nada, y que no se preocupara por ella, que fuera cual fuera la decisión que tomara para ella estaba bien, ya que dudaba mucho que éste lugar fuera peor que en el que estuvo todo éste tiempo. Todos asentimos y nos retiramos de la habitación.
Una vez fuera de allí, nos dirigimos hacia una sala donde nos sentamos los cuatro, Abaddon pidió a su asistente los documentos que detallaban la vida de Giovanina los cuales leyó en voz alta para todos. En el documento decía que era una mujer muy humilde, desinteresada y bondadosa, que tenía una vida relativamente tranquila y normal, que se estaba especializando en cirugías plásticas para niños, para realizarlas en el hospital gratuito donde trabajaba, hasta hace poco más de un año donde empieza a detallarse cada vejación, cada abuso, cada golpe, cada tortura, la cirugía que ese "médico" le realizó, en lo que se convirtió después y como llegó aquí.
Abaddon decidió dejar ésto por el momento, nos envió a todos a descansar, a meditar ésta condena con más tranquilidad, pero ésta noche a las 00 hs aproximadamente, cuando los escuadrones se hubiesen retirado volveríamos a ésta sala, tomaríamos una decisión, y así lo hicimos.
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Bástian
Spiritual¿Hasta dónde puedo llevar tu imaginación? A veces no todo es como se muestra. A veces los buenos no son tan buenos, y a veces los malos no son tan malos. Encontré una luz en mi oscuridad, en mi vacío, quise acercarme por curiosidad y quedé prendido...