Me presento, mi nombre es Aluminé Aoad, tengo veintiséis años. En mi familia sólo somos mamá y yo. Soy bastante solitaria, no tengo amigos, ya que siempre he sido tildada de "rara". Mi mejor amiga siempre fue mi mamá, aunque ella creo que también tiene sus dudas de si lo soy. Pienso que no soy bonita mujer porque los hombres casi ni se me acercan, y los que lo han logrado, desgraciadamente para ellos, aunque eran buenas personas y me querían, nunca pude amarlos. Los quise, sí, mucho, pero amarlos jamás, era como si mi corazón y mi alma les pertenecieran desde siempre a alguien más.
Sé que tengo otro amigo incondicional pero bastante cayado. ¿Qué como lo sé? Bueno, digamos que nunca fui una persona normal, nunca creí en el escepticismo de la gente, desde que tengo memoria, sé por experiencia personal que hay algo más aparte del ser humano, que la existencia como tal no termina sólo cuando se extingue la vida. Desde pequeña puedo ver, sentir o soñar ciertas cosas que el resto de las personas no pueden. Fue complicado ya que eran cosas extrañas que me pasaban y no tenía manera de saber que eran, las veces que intenté hablarlo con mi madre, ella me decía que eran sueños o que era mi imaginación, pero yo sabía que no lo eran. Le contaba sobre el saludo de mi amigo, sobre el guardián que me protegía, defendía, cuidaba y le gustaba despeinarme, sabía que era él, porque del montón de niños y niñas que jugábamos sólo a mí me pasaba. Le decía que todas las noches sentía a mi amigo sentarse en los pies de mi cama. También me pasaba que en sueños que tenía aparecían personas que no conocía, me pedían que les dé mensajes a sus familiares, era bastante complicado porque yo era chica y las personas a quien debía darle los mensajes vivían lejos por lo que pedía a mi madre me llevara, pero ella se negaba sin creerme. En un principio era frecuente, pero al yo no dar esos mensajes con el tiempo esos sueños dejaron de molestarme tan seguido, aunque de vez en cuando todavía me pasa. Fue lo mejor, ya que comenzó a traerme problemas. Dejé de insistir pidiéndole que me creyera cuando empezó a llevarme al psicólogo a quien le negaba todo lo que le había contado a mi madre porque me di cuenta de que nadie me creía y de que si continuaba insistiendo sería peor para mí, puesto que éste le había sugerido internarme y medicarme para controlar mis alucinaciones mentales. Sin contar cuando fui a consultarle a un religioso que luego quería exorcizarme.
Por lo que he tratado de buscar información sobre ésto que me pasa en otros lugares, pero ningunas de las pistas que he encontrado me ha servido de mucho. No todo congenia conmigo, con las cosas que me pasan. También he encontrado muchos embaucadores que sólo han servido para quitarme mi dinero.
Por cuestiones económicas se me hizo difícil estudiar siendo más joven, por lo que hasta ahora me dediqué a trabajar. Soy mucama en el hotel de turismo donde también trabaja mi madre, pero en diferente horario, ella sola con ambas no daba abasto y menos costearme una carrera, así que empecé a trabajar yo también. Es terriblemente pesado y agotador, pero es empleo, la gente es muy desconsiderada, entiendo que no es su casa, pero se abusan, estoy segura que las cosas que hacen aquí, en sus casas jamás las harían. Entiendo que el costo de la habitación incluye el personal de limpieza, pero hay gente que hace y deja cosas realmente asquerosas.
Éste año comencé el el magisterio de lengua y literatura, creo que no hay nada más hermoso que enseñarle a un niño, y ¿por qué no?, a un adulto también, a leer y a escribir, a manifestarse mediante la palabra escrita, a que aprenda a leer y que ese aprendizaje lo lleve tanto a adquirir tanto conocimientos como a que su imaginación lo transporte a otro mundo, llego a casa con mucho cansancio, pero sé que rendirá sus frutos.
Noche por medio mi guardián está aquí y son las únicas noches que se puede decir que realmente duermo, me siento completamente segura con él aquí, si por mí fuera no dejaría que se fuese nunca más. Sé cuando está aquí, siempre lo supe y siempre lo sé, siempre lo sentí cerca de mí, no estoy segura desde hace cuanto, creo que desde siempre, porque desde que tengo memoria lo siento cerca de mí. Siempre ha estado aquí. Quiero hablarle, pero tengo miedo de asustarlo, que se vaya y no vuelva, tengo recuerdos de sueños en donde no me dejaba verlo, él es parte de mí, no sé como ni porque, pero él es parte de mí.
También siento un cambio en el aire, como un tipo de olor que sólo yo siento penas llega. No encuentro la forma de que confíe en mí, se libere y vuelva a hablarme, pero soy paciente, no pienso darme por vencida, sé que en algún momento mi guardián me perderá el miedo. Y si no haré que lo pierda, ya que sé que hay algo que me une a él, como si mi vida, mi cuerpo y mi alma fueran suyas. Quisiera poder proteger y cuidar de él como él cuida de mí. Quisiera poder volver a tocarlo, quisiera que me llevara a donde fuera que se vaya cuando no está conmigo, porque cuando se va es como si mi alma se fuera con él, como si su simple presencia me complementara y me completara, como si mi vida fuera vida con el simple hecho de saber que está ahí.
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Bástian
Spiritual¿Hasta dónde puedo llevar tu imaginación? A veces no todo es como se muestra. A veces los buenos no son tan buenos, y a veces los malos no son tan malos. Encontré una luz en mi oscuridad, en mi vacío, quise acercarme por curiosidad y quedé prendido...