Aluminé.
Me acosté a dormir, pensando en él en que quizás hoy podría venir, estoy entrando en un profundo sueño cuando siento que los pies de mi cama se hunden, esbozo una sonrisa, estoy feliz de que haya vuelto, lo saludo y le doy las gracias por volver. Él me responde el saludo y me sorprende, hacía años que no escuchaba su voz, pero definitivamente la recordaba sin problemas, dice que me permitirá que lo vea y la verdad me siento tan emocionada que no doy más de la felicidad que tengo, me pide que no me asuste, pero no estoy para nada asustada, ya lo he visto, cuando era pequeña y me pidió que me tapara los ojos peeero, en un momento corrí mis dedos y lo vi, y la verdad ni en ese momento ni ahora le temo, sé que es mi guardián, quizás no tenga un cuerpo o rostro común, pero es mi guardián.
Cuando aparece ante mí, me doy cuenta de que no es él, no es Bástian. Éste ser que está frente a mí, tiene un cuerpo y rostro más humanizado, éste definitivamente no es él y me aterro, no sé quien es, éste ser que se presentó delante de mí. Intento escapar, éste ser no es Bástian, él me intenta convencer de que sí lo es, pero yo lo conozco y éste no es él.
Luego viene a mí y me saluda como cuando lo conocí y me deja confundida, me dice que cambió de forma para mí, pero sigo sin creerle del todo, hasta que me pide que no me asuste, pasa su mano desde sus pies hasta su cabeza y ahora sí, éste ser que veo es él, éste es Bástian, no lo puedo creer, por fin puedo verlo, esperé éste momento durante tanto tiempo, creí que jamás llegaría, estoy tan feliz de volver a verlo.
Agacha su cabeza avergonzado, pero me acerco a él y mientras lo acaricio para saber que ésto no es un sueño, que ésto es real, lo saludo con una sonrisa, le pido que nunca más se oculte de mí mientras él cierra sus ojos ante mi tacto y le pregunto como se siente.
En un momento no sé que hice, pero él violentamente se aleja de mí, y me desespero, no sé que hice, no quiero que se vaya, no quiero que se aleje de mí nunca más. Cuando lo toqué sentí que todo mi amor, todo mi corazón estaban abocados a él, eran de él, me di cuenta que siempre fue así. Derrotada, caigo arrodillada en el suelo y le pido que por favor no se vaya, que no vuelva a desaparecer, que no me deje, suelto todo, le digo que lo amé toda mi vida y que si se va, y nunca más vuelve sabré que no siente lo mismo por mí. Él se da vuelta y a paso firme se acerca dudoso a mí y sin más lo beso como si no hubiera mañana, quizás ésta sea la única vez que lo pueda hacer antes que se vaya y nunca más vuelva, pero para mi sorpresa, Bástian me abraza y continúa mi beso con tanta pasión con contenida, con tanta intensidad y necesidad que me fue imposible no acompañar esos sentimientos que eran idénticos a los míos. Me prendí a él y empezó a tocar mi cuerpo con muchísimo cuidado como si temiera romperme. Yo sin medidas tocaba su rostro, su cuello, su torso, su espalda hasta donde llegaba, quería tocar todo su cuerpo, que con cada caricia mía quedara en mi memoria cada parte de su cuerpo, la verdad no quería soltarlo, había momentos donde lo escuchaba quejarse como si lo lastimara, pero él no me soltaba y la verdad es que yo tampoco quería. Hasta que en un momento dado de la nada perdió el conocimiento. Me asusté mucho, pero me tranquilicé un poco al ver que todavía respiraba. No sabía que hacer, como pude le retiré la armadura, lo arrastré, subí y acomodé en mi cama. Al tocar su cuerpo noto que está demasiado caliente, por lo que empiezo a traer toallones mojados y tapo todo su cuerpo con ellos intentando bajar su temperatura.
Durante toda la noche me quedo a su lado cambiando los toallones a medida que se calentaban, avisé a mi empleo y al magisterio que no podrá ir, que no sabía cuando volvería. Me quedé a su lado, sólo me alejaba para ir al baño, comía también a su lado, no sabía que más hacer, ya que él no despertaba. Acariciaba su cabeza, cambiaba los toallones pero no mejoraba. Se hizo de día y él seguía igual. Intenté buscar información en internet, pero no había nada. Se volvió a hacer de noche y él continuaba de la misma manera, estaba desesperada, no sabía que más hacer o a quien consultar, no quería que nada le pasara.
No sé que hora de la noche por la ventana ingresó una enorme ave que al entrar se transformó en un ser muy parecido a Bástian, pero mucho más grande que él, me asusté porque creí que venía a lastimarnos. Agarre una escoba para defendernos, era lo más cercano que tenía, y me paré delante de la cama para protegernos, no iba a permitir que lo lastimaran. Ese ser al llegar, guardó sus alas y me dijo: – Por favor, baja esa escoba, no vengo a hacerles daño – se acerca a mí y hace una reverencia. — Un gusto princesa Aluminé, mi nombre es Abaddon, Bástian me ha hablado mucho de ti. — Yo seguía con la escoba en alto— por favor, baja la escoba, no soy amenaza, verás, durante la noche anterior envié a mi mejor general a averiguar algo y como nunca regresó me preocupé por él, por lo que veo no me he equivocado y necesito llevármelo – yo niego con la cabeza. — No, – le respondo firme – no te lo llevarás, él es mío, no te lo llevarás a ningún lado, su lugar es a mi lado, no permitiré que lo arranques de mí. – Abaddon me observa y hace una sonrisa de lado mientras me pongo a lado de Bástian y acaricio su cabeza – está muy enfermo, – digo y comienzo a llorar – no sé que le pasa, no sé como curarlo, no quiero que nada le pase, lo he esperado mucho tiempo y ahora que volvió a mí ni siquiera puedo ayudarlo, no sé que más hacer, no quiero perderlo, por favor, no te lo lleves, yo lo cuidaré. Dime que tengo que hacer, cualquier cosa, dime y lo hago. – Abaddon exhala con decepción y me responde. — No hay nada que puedas hacer en éste momento por él Aluminé, necesito llevármelo, así como está solo no podrá ir, tengo que llevármelo y debemos atenderlo nosotros, tú aquí no podrás. Él estará varios días inconsciente, y si te lo dejo aquí no despertará. — Me tapo la boca por la sorpresa que me causan sus palabras, no es lo que quiero, prefiero que se lo lleven y que lo curen, entonces asiento con la cabeza y le digo – ¿Puedo saber por qué se enfermó así? Él estaba bien hasta que nos abrazamos y nos besamos, pero de pronto perdió el conocimiento. — Abaddon me observa y niega, no quiere decirme – habla, – le digo – dime que pasó.
— Inspira hondo, exhala y suelta – lo que pasa, Aluminé, es que él no puede tocarte ni tú a él – mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas. — El alma de ustedes en algún momento estuvo unida, después, con el pasar de las vidas, a veces se encontraron y otras no, en ésta vida se encontraron, pero tú eres un ser de luz, y él de oscuridad. Desgraciadamente, por mandato divino, no pueden estar juntos. Como una forma de que eso no pase, el ser de oscuridad es mucho más débil que el ser de luz. La luz y fuerza de éste último al tacto nos lastima, y cuando nos quedamos en ese tacto más tiempo del que nuestro cuerpo soporta, pasa ésto – señala a Bástian y lo observo horrorizada, yo provoqué ésto, casi lo mato.
— Ok, – digo – llevátelo y que no vuelva nunca más, no importo yo ni lo que siento, pero llevátelo y has lo que tengas que hacer para que no regrese, porque si eso pasa no sé si voy a poderme resistir, no sé si voy a poder alejarme de él, ésto que siento creo que es más fuerte que yo, por favor, aléjalo de mí – estoy por tocarle el rostro, pero recuerdo lo que me dijo, me detengo al instante, niego con la cabeza – llévatelo y que no vuelva nunca más. —
— Mira Aluminé, ustedes están destinados, ya no me queda duda. Lo que vino a averiguar Bástian ya lo vi por mí mismo, no necesito ninguna confirmación más. Si están destinados, no hay nada que hacerle, aunque a otros no les guste. — Señala arriba – Déjame encontrar la manera de solucionar ésto, mientras tanto pueden seguir juntos, pero por el momento no deben tocarse, sé que será difícil, sólo denme tiempo a ver que puedo hacer, si quieres, apenas mejore, y si me hacen caso con lo de no tocarse, lo puedo traer de vuelta para que termine su recuperación aquí contigo, – asiento sin pensar – ésto ya había pasado la noche del fallecimiento de tu mamá por eso estuvo días sin venir y cuando se recompuso un poquito, estaba tan desesperado por verte que no descansó correctamente, te encargo que no permitas que pase de nuevo y lo tengas a raya. — Asiento, no pienso permitir que le vuelva a pasar. — Bueno, siendo así, me retiro, no te angusties, no lo sabías, él estará bien, en unos días te lo devuelvo. Si quieres, le pido a uno de sus soldados, que noche por medio pase a contarte como está – asiento y le agradezco de corazón, alza el cuerpo de Bástian a su hombro, lo envuelvo en toallones mojados, Abaddon me da un saludo con la cabeza y se retira llevándose a Bástian con él.
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Bástian
Spiritual¿Hasta dónde puedo llevar tu imaginación? A veces no todo es como se muestra. A veces los buenos no son tan buenos, y a veces los malos no son tan malos. Encontré una luz en mi oscuridad, en mi vacío, quise acercarme por curiosidad y quedé prendido...