1991Helena
Estaba a punto de entrar a mi habitación después de la bochornosa situación en el área común, cuando me llamó May, quien venía a paso apresurado por el pasillo.
—¿Tampoco quisiste jugar?
—Se fueron Malika y tú, ya no iba a ser divertido.
Me encogí de hombros apenada.
—¿Estás bien?
—Sí... —dije sin muchos ánimos.
—¿Quieres hablar del tema?
—No creo que haya mucho que decir May...
—Pues yo creo que sí —dijo mientras tomaba asiento en uno de los sillones que había a lo largo del pasillo de los dormitorios.
Palmeó el asiento a su costado un par de veces para indicarme que me sentara, cosa que hice, acompañando la acción con una fuerte exhalación.
—Te gusta Jean.
—¡No! —respondí rápidamente.
—No te estaba preguntando...
—May, solo tengo diez años, y dos días aquí. No iba a darle un beso por un juego tonto a un niño que apenas conozco.
—Yo no lo decía por lo que pasó allá abajo...
Arqueó una ceja y esta conversación comenzaba a irritarme, por lo que puse los ojos en blanco de manera dramática.
—Helena, siempre lo estás viendo.
—¡No es cierto!
Levantó ambas cejas juzgándome.
—Todo el tiempo... Y si él te ve, tiemblas como una gelatina y el rostro se te pone colorado como un tomate.
Repasé estos últimos dos días en mi cabeza, tratando de tomarle sentido a lo que me decía.
—No May... Lo qué pasa...
May se cruzó de brazos esperando mi respuesta.
—¿Recuerdas el primer día, cuando me viste corriendo por el área común?
Asintió con la cabeza.
—Bueno... —añadí incómoda—. Resultó que estaba dando un paseo por las instalaciones, y escuché a Jean tocando en un cubículo. Tocaba muy bien, ¿eh? Hubiera apostado que era primer violín por el sonido tan limpio que tenía. Y pues... Me descubrió espiando por la ventanilla del salón. Me dio mucha vergüenza que me descubriera y que pensara que era una niña rara, así que huí... Y a decir verdad, tengo fe de que no se haya dado cuenta de que era yo.
—Ajá... —dijo aún cruzada de brazos y alzando una ceja.
—Eso es todo.
—¿Esto es todo? —dijo incrédula.
—Lo juro.
Ella suspiró.
—Si alguien te gustara, ¿me lo dirías?
—¡Claro! Serías la primera en saberlo —dije sinceramente.
May me barrió con la mirada, insatisfecha.
—Le hubieras dado el beso, Helena... Así te hubieras dado cuenta si te gustaba.
—Claro que no... Mi primer beso tiene que ser por amor. Además... Jean comió ensalada de verduras en la cena, y tenía cebolla —dije burlona.
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Desvíos
RomanceHelena, una chica muy sociable y traviesa, conoce a Jean, quien ha vivido toda su vida en educación personalizada en casa, motivo por el cual no tiene un solo amigo de su edad. Al encontrarse en un prestigioso internado musical en Londres cuando son...