2004
Jean
Yo sabía que Julieta sentía más que admiración por mí, me daba cuenta por su mirada, y porque Luke no dejaba de echarme joda con eso. Era una chica mona, no se ponía en duda, y también era lista, amable, y tenía una risa melodiosa. No tenía ningún pero que ponerle, según mis compañeros, pero para quien no ha vivido la experiencia de un jodido huracán, cualquier chubasco los refresca.
No sé si podría decir que éramos amigos, ya que nuestras conversaciones, si bien eran cordiales, siempre eran respuestas a sus preguntas. Marcaba distancia, no porque no me agradara, sino porque temía ilusionarla.
En realidad, me agradaba bastante. Estaba seguro que de no ser porque mi corazón ya llevaba un nombre, hubiera salido con ella el primer día que la conocí.
El día que Helena me preguntó si salía con alguien me tomó completamente por sorpresa. Había decidido tomar distancia desde que había hablado con May y tomado la decisión de dejarla ir. No tuve el valor de mentirle que salía con alguien, así que culpé al trabajo para excusarme cada vez que ella intentaba entablar conversaciones más íntimas.
Pero cuando preguntó, directa a matar, tardé en recomponerme y encontrar una respuesta. Y estaba ahí, la oportunidad de decirle que salía con alguien como había sugerido May. Corrijo, la oportunidad de mentirle.
Tomé una bocanada de aire y le respondí que sí.
Lo hice. Le dije que salía con alguien más, y jamás me plantee el escenario que en realidad se presentó. Porque lo tomó bien... demasiado bien.
Helena: ¿Eres feliz?
Jean: Es mi turno...
Helena: Para poder responderte necesito esa respuesta.
Joder. Como la quería. ¿Cómo podía ser tan altruista?
Yo me sentía incapaz de sentirme feliz solo de imaginarla con alguien más. Ni siquiera pude serlo cuando estaba con Alek, y sabía que era un buen tipo. Pero a ella no le importaba absolutamente nada más que mi felicidad.
Deshice la tensión acariciando mi sien con las yemas. May tenía toda la razón. Tenía que mantenerme firme en mi mentira, dejarla crecer por sí sola, y que intentara ser feliz. Si de verdad la quería, debía imitar su actitud por una maldita vez. Pero lo haría después de nuestra videollamada, porque quería verla aunque sea una vez más.
Fue gracias a ella que pudimos ser realmente amigos, gracias a su nobleza. Y aunque me encantaba que nuestras conversaciones volvieran de manera más habitual, odiaba que me preguntara por Julieta.
Al principio, la mentira, y el verla tan cómoda con la idea, me provocaba una incomodidad tan palpable que me tensaba los hombros. Pero con el tiempo, me fue saliendo de manera más natural hablar de mi relación ficticia.
Diciembre
—Deberías invitarla a salir —dijo Luke con la boca llena de pizza.
—¿Qué no escuchaste nada de lo que dije?
—Me parece que eres tú el que no se escucha.
Negué con la cabeza por su absurdo consejo.
—Tú mismo dijiste que te agrada. Y si Helena está cómoda con la idea de que salgas con otras, ¿por qué no?
ESTÁS LEYENDO
Desvíos
RomanceHelena, una chica muy sociable y traviesa, conoce a Jean, quien ha vivido toda su vida en educación personalizada en casa, motivo por el cual no tiene un solo amigo de su edad. Al encontrarse en un prestigioso internado musical en Londres cuando son...