NARRA MIA
Cuando llegué a casa, me dirigí a la cocina a dejar las bolsas sobre la encimera. Empecé guardando los productos que iban en la nevera y, a continuación, seguí ordenando los que iban en el resto de los armarios.
—Hola —Saludó Noah al entrar a la cocina.
Su cabello estaba mojado y algunas gotas iban cayendo sobre su camiseta.
—Hey —Doblé la bolsas para guardarlas en el cajón—. Te propongo un plan para esta noche.
—Soy todo oídos —Abrió la nevera para coger un yogur y se sentó en la mesa tras coger una cuchara.
—Hoy hay música en directo en mi bar —Me senté en el otro lado para poder mirarle a los ojos mientras seguíamos hablando—. A mí me toca trabajar y, como sé que vas a venir a buscarme, así por lo menos disfrutas de buena música y no tienes que salir tan tarde de casa solo para venir a recogerme.
—Tenía pensado quedarme en casa para terminar de escribir un par de canciones —Se levantó para coger un vaso de agua—. Pero me vendría bien hacer algo diferente, así igual me sirven de inspiración.
—Puedes avisar a Mark —Añadí—. Así no estás solo.
—Tú lo que quieres es saber si ya tiene noticias del bateria que conoce —Me lanzó el trapo a la cara, pero lo cogí antes de que me diese.
—Puede —Respondí mientras me iba de la cocina para regresar a mi habitación.
(...)
El local estaba más lleno de lo que me esperaba. Me había imaginado que los días que hubiese concierto iba a haber más gente que un fin de semana normal, pero aquello había superado mis expectativas por completo.
No para de ir de un lado para otro para llevar los pedidos a las diferentes mesas, aunque era difícil atravesar la gran masa de gente que se había tenido que conformar a quedarse de pie por llegar demasiado tarde. Por suerte, el grupo era bastante bueno y me hizo amena tanta carga de trabajo. Cuando me quise dar cuenta mi turno ya había terminado, aunque lo peor iba a ser mañana al tener que limpiar todo aquello.
Tras despedirme, salí del bar y saqué mi teléfono del bolsillo de mi chaqueta para mandarle un mensaje a Noah y preguntarle dónde estaban. Ya lo había mandado cuando una voz familiar gritó mi nombre, eran Mark y Noah.
—No os vi entre tanta gente —Me acerqué a ellos.
—Nos tuvimos que quedar de pie en una esquina porque ya no había sitio —Noah se frotó las manos en un intento de calentarlas aunque solo fuese un poco—, pero por culpa de este señorito llegamos demasiado tarde.
—Perdón, perdón... —Respondió Mark, quien parecía que iba un poco borracho—. Pero si de algo nos hemos dado cuenta hoy es que tenéis al mejor guitarrista del mundo —Añadió y pasó su brazo sobre mis hombros.
—Por supuesto, Mark. Tú siempre eres el mejor en todo —Respondí en tono sarcástico.
Era cierto que parecía que había nacido para tocar la guitarra, pero el gran ego de Mark se había convertido en el centro de sus bromas en estos últimos días.
—Lo sé —Se enderezó sintiendo orgullo de sí mismo—. Bueno, va siendo hora de volver a casa —Señaló la moto que se encontraba enfrente de nosotros.
Cuando sacó las llaves del bolsillo de su pantalón, estas se le cayeron al suelo. Mark se agachó para recogerlas, pero perdió el equilibrio y acabó cayéndose él también.
Noah se acercó para ayudarle a levantarse y yo mientras tanto aproveché para recoger las llaves y guardarlas en mi mochila.
—Creo que no estás en condiciones de conducir —Dije.
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Rockstar
General FictionLlevaban años tocando todos juntos y su sueño era llegar a tocar en grandes escenarios sus canciones frente miles de personas. Sin embargo, un día, la banda se deshace, pero eso no impide a Mia abandonar su sueño y hacer todo lo posible por consegui...