NARRA ALASKA
Saqué del bolsillo trasero de mi pantalón el trozo de papel en el que aquella chica con el cabello rosado había anotado la dirección del lugar donde ensañaban. Tras comprobar que estaba ante el edificio correcto, entré mientras me preguntaba por qué había decidido venir. Desde que aquella muchacha había venido a hablar conmigo no había podido parar de preguntarme cómo sonaría el grupo. Aunque, también he de reconocer que la visita de Mark influyó un poco. Me había sorprendido tanto volver a verle después de tantos años. No podía evitar preguntarme si sus solos de guitarra seguirían sonando tan bien como entonces.
Mientras iba perdida en mis pensamientos, iba paseando por los pasillos del edificio buscando el número de la sala donde se suponía que ensayaban. Estaba ya llegando casi al final de otro de los eternos pasillos cuando me pareció oír la voz de Mark. Dirigí mi mirada hacia el cartel y tras confirmar que aquel era el número que estaba buscando me apoyé contra la pared.
Aunque suponía que las salas estarían insonorizadas, se alcanzaba a escuchar lo suficiente si te concentrabas. Me quedé quieta como una estatua para no hacer ningún ruido y esperé a que empezaran a tocar alguna canción. Minutos más tarde, una guitarra comenzó a sonar y tras eso la voz de un chico se unió a la melodía. Aquello sonaba mejor de lo que se esperaba. Sin embargo, había algo que todavía no me encajaba. No se oía ningún otro instrumento.
—Al final has venido.
Una voz conocida me sacó de mis pensamientos y cuando levanté mi mirada del suelo me encontré con la chica pelirrosa que había estado en mi estudio. Sujetaba una botella de agua y jugueteaba con el papel que esta tenía, lo iba a romper en cualquier momento.
—Tenía curiosidad, pero creo que ha sido mala idea venir —respondí e iba a comenzar a alejarme por el pasillo en la misma dirección que había ido cuando la chica volvió a captar mi atención.
—¿Me vas a decir que no te ha gustado lo que has estado escuchando? —Finalmente, arrancó el trozo de papel que rodeaba la botella y lo arrugó hasta hacerlo una bola.
—No está mal.
—Vamos —Abrió la puerta—, ya que has hecho todo el camino hasta aquí, déjanos tocarte alguna canción —Me volvió a sonreír y yo solo asentí.
Un lado de mí se arrepentía de haber ido hasta allí, pero el otro se moría de curiosidad por escuchar más de aquellos desconocidos. Siempre me había gustado la música y desde que se disolvió la banda en la que Mark y yo tocábamos, no había vuelto a poner ni un solo dedo sobre mi bateria.
Atravesé la puerta tras la chica y pude ver como Mark no podía disimular una cara de sorpresa.
—Noah, ella es la amiga de Mark y ha venido a escucharnos tocar algo —dijo y se giró de nuevo para mirarme—. Por cierto, me llamo Mia. —Volvió a sonreír.
—Alaska.
—Un placer, Alaska —respondió el chico que estaba tras el micrófono—. Yo soy Noah y espero que nuestra música te convenza lo suficiente como para querer unirte a nosotros.
—¿Vamos? —Mia cogió su bajo y todos asintieron.
Tras eso, Mark volvió a empezar a tocar y yo apoyé la espalda contra la pared. Él siempre había sido muy bueno tocando, pero en este tiempo había mejorado mucho. Unos acordes más tarde, Mia se unió con el bajo, tampoco se le daba mal, pero fue la voz de Noah fue lo que más me impactó. La piel se me puso de gallina y no podría explicar con palabras las sensaciones que me estaba transmitiendo, pero aquel chico tenía mucho talento.
Seguí escuchando mientras iba marcando con mi dedo el ritmo y cuando terminaron la canción dirigieron la mirada hacia mí esperando a que dijera algo.
—Otra vez. —Fue lo único que dije mientras me acercaba a la batería que estaba al fondo de la sala y cogía las baquetas que se encontraban sobre esta—. Cuando queráis —volví a hablar cuando ya estuve lista.
Pude ver como en la cara de Mark se dibujaba una pequeña sonrisa de satisfacción y volvió a empezar a tocar la misma canción desde el principio.
(...)
—¿Esto significa que te unes a nosotros? —preguntó Mia cuando terminamos de ensayar.
—Parece ser que sí —respondí mientras dejaba las baquetas donde las había encontrado al principio—. En verdad, echaba de menos esto.
—Bueno, pues después de mucho buscar, por fin la banda está al completo. —Esta vez fue Noah quien habló y Mia asintió sin ser capaz de esconder su sonrisa.
Se notaba que le gustaba la música y que le hacía ilusión haber encontrado a alguien para la bateria.
—Yo me tengo que ir ya, tengo que irme al estudio —me despedí y salí de la sala para ponerme rumbo a mi trabajo.
Estaba a mitad de pasillo cuando la voz de Mark gritó mi nombre y segundos más tardes ya se encontraba a mi lado.
—Me alegra que hayas cambiado de opinión. —Guardó sus manos en los bolsillos de su cazadora de cuero y empezamos a bajar las escaleras que nos llevarían a la planta principal.
—No te equivoques, esto no quiere decir que te haya perdonado —respondí y cuando ya estabamos en la calle me puse mis auriculares para dar por finalizada nuestra pequeña charla.
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Rockstar
General FictionLlevaban años tocando todos juntos y su sueño era llegar a tocar en grandes escenarios sus canciones frente miles de personas. Sin embargo, un día, la banda se deshace, pero eso no impide a Mia abandonar su sueño y hacer todo lo posible por consegui...