Mechoa:
Lionel Messi • Guillermo Ochoa.
La primera vez que Lionel y Memo se tomaron de las manos, fue luego de un partido entre Argentina y México, estaban todos reunidos en un pequeño bar luego del juego, el cual había ganado México. Memo había bebido tanto que apenas se entendía lo que decía, riéndose de cualquier tontería que le decían. Lionel no pudo apartar la mirada de él desde que lo conoció. Al comienzo, le sorprendió el talento y habilidad que poseía, pero ahora que no estaban jugando, comenzó a notar cosas que no tenían nada que ver con el fútbol. Por ejemplo, la forma escandalosa en la que se reía, la sonrisa que se mantenía luego de eso, sus rizos desordenados y su mirada brillante perdida por el alcohol y la euforia. Culpó al alcohol que él mismo había consumido esa noche, pero... Cuando Memo fue tirado a su lado, sentándose en el puesto a su derecha, se sorprendió por lo nervioso que se sintió.
—Hola. —Memo le saludó con una sonrisa deslumbrante y ebria. —Messi ¿cierto? —luego enfoca la vista como si no estuviera seguro de ver bien, lo que por supuesto hizo reír al argentino.
—Guillermo ¿Cierto? —Lionel le regresó, lo que pareció molestar al arquero, pues hizo una mueca de desacuerdo antes de corregirlo.
—Dime Memo.
—Memo. —con una sonrisa más conforme, Guillermo se deslizó en una plática caótica sobre el fútbol, la admiración que sentía por él argentino y las diferencias entre sus países acerca de muchas cosas. Algunos estarían irritados, mareados en esa charla borracha, pero Lionel estaba maravillado. Incluso le aseguró a uno de los amigos del mexicano, que estaba bien, que él le mantendría vigilado. Todo para que no se lo llevaran de su lado.
Para cuando la reunión se calmó y Memo pareció deshacerse de todo el alcohol en su sistema con la extensa plática sin pies ni cabeza, se desmayó sobre el hombro de Lionel. Por supuesto que el jugador argentino se sorprendió, intentando mover a Memo para que reaccionara, lo que sólo logró que este se quejara, tomando la mano que estaba en su hombro. Entrelazando los dedos con esta, Memo las bajó hasta colocarlas sobre la pierna de Messi, suspirando para seguir durmiendo.
Sin palabras, Lionel sólo puede reír por el momento en que había quedado atrapado. Observando su mano con la de Memo, se le escapa una sonrisa, siente algo que no puede describir, pero no se siente mal.
...
La segunda vez que Messi y Ochoa entrelazaron sus dedos, fue durante una entrevista que no estaba saliendo tan bien como lo esperaban.
Lionel pudo notar el mal momento que estaba pasando Ochoa. No entendía por qué le atacaban de la manera en que lo hacían. Sin embargo, el arquero estaba resistiendo como todo un campeón, respondiendo y atacando de una manera elocuente y directa. Eso hizo que Lionel lo admirara aún más, causando que sin pensarlo a tiempo, extendiera su mano para tomar la de Guillermo. Por alguna razón quería demostrarle con aquel gesto, que estaba orgulloso por la manera en que no estaba permitiendo que le atacaran, que le apoyaba y estaba allí a su lado, que él si creía en sus capacidades y no debía escuchar a todas esas personas sin conocimiento.
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Flufftober. [Multishipp]
FanficAmor, cariño, dulzura y situaciones ridículamente románticas.