Capitulo Treinta y Tres.

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Unos meses después...

Abriendo las puertas de lo gabinetes superiores, Blue tomó la escoba y la balanceó sobre su cabeza, intentando apartar los frascos ordenados allí para llegar a las bolsas de frituras que sabía, Damon había puesto allí. No entendía al tipo, primero había sido demasiado chocolate, así que él había dejado de comerlo y cambiado eso por las frituras, pero eso tampoco estaba bien a sus ojos. En los últimos meses, había desarrollado una obsesión por las comidas y frituras que Noah le traía, pero entonces, según Damon, era demasiado, así que había decidido esconder las mismas de él.

El pequeño idiota realmente creía que podía esconder cosas de él, el pobre iluso.

Ahora, todo sería mucho más fácil sin la enorme barriga de nueve meses estorbandole. ¡Ni siquiera podía subirse a una maldita silla sin correr el riesgo de perder el equilibrio! Así que aquí estaba, intentando bajar las malditas cosas con la escoba sin terminar haciendo un desastre. Pero por desgracia, él era un experto en hacer desastres.

La escoba se zafó de su mano y golpeó un frasco con la misma, en efecto dominó, ese golpeó a otro. Ni siquiera tuvo tiempo de cubrirse antes de que una mezcla de harina y café le cayeran arriba. Se tomó un momento antes de abrir los ojos, una nube blanca de harina lo rodeaba en todas direcciones.

—¿Dylan? —Damon entró a la habitación, sus pies resbalando sobre el embaldosado y deteniendose bruscamente al darle un vistazo—. ¿Gatito?

Aun aferrando la escoba, se sacudió para quitar un poco de la harina y el café adheridos a él—. Yo solo quería mis frituras.

—Oh, Gatito —avanzó hacia él, luciendo a punto de estallar en carcajadas, si la forma en que oprimía sus labios juntos decía algo. Subiendo sus manos, agitó los rubios rizos, logrando que una nueva nube de polvo blanca lo rodeara—. Hiciste un desastre de ti mismo.

—Y ni siquiera logré obtener mis frituras —musitó con mala cara.

Quitandole la escoba de la mano, Damon la apoyó contra un mueble cercano antes de tomar uno de los paños de cocina perfectamente doblados sobre la encimera—. Cierra los ojos para mi, Gatito —una vez que Blue hizo lo pedido, pasó suavemente el paño sobre su rostro, quitando todo el polvo que no pudo—. Sabes, solo debias pedirme que las bajara para ti y ya, no era necesario que hicieras esto.

Abrió nuevamente los ojos cuando un suave beso fue dejado en su nariz y parpadeó hacia el rostro de Damon—. Si no los hubieses puesto allí arriba, esto no hubiese sucedido.

—Escuchaste lo que dijo el médico, debes controlar tus comidas y dejar de consumir tantas frituras. —le recordó con suavidad—. Si tu no puedes hacer eso, yo lo hago por ti.

—No eres mi padre.

—Soy tu pareja, te amo y voy a cuidar de ti aunque tu no quieras. —besó su ceño fruncido—. Ahora, ve a darte una ducha mientras yo limpio el desastre que hiciste.

Estrechó los ojos en su dirección—. Te estas tomando esto de ser padre demasiado enserio, Mono.

—Creo que tu ya tienes suficientes padres como para agregarme a mi mismo en la mezcla. —saltó fuera de su alcance cuando Blue arrojó un golpe hacia él—. Hablando de tus padres, recuerda que se supone que hoy debemos cenar con ellos.

Asintió—. Si, lo recuerdo —suspiró, haciendo una mueca—. Esas cenas serian más agradables si papá Luke dejase de intentar obligarme a convivir con Ashton.

—Él solo quiere que ustedes dos se lleven bien.

—Nos llevamos bien —replicó—. Él sigue respirando, ¿no?

Una parte de mi |Blue/Damon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora