Capitulo Veinticinco.

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Golpeando su lápiz en una secuencia inventada, sobre la superficie de la mesa, Blue cambió la hoja de su libro y se movió para marcar los trozos más importantes. Estudiar no era una cosa que se le diera realmente mal, era solo que usualmente se le hacia imposible mantener el culo en la silla por más de quince minutos. Ahora, con el bulto en su abdomen que se movía constantemente y lo enviaba corriendo al baño cada media hora, quedarse sentado era algo fácil de hacer. Mantener la atención en el libro era un pequeño desafío, pero estaba dispuesto a enfrentarlo.

El sonido de la puerta principal abriendose llegó a sus oídos, logrando que apartara la mirada de su lectura. Un vistazo a su telefono, le dijo que aun no era momento de que Damon regresara del gimnasio. Pero dado que estaba en el apartamento del mayor, el cual tenía una increible seguridad, sabía que tenía que ser alguien de la familia o el portero no lo habría dejado llegar tan lejos.

La puerta de la cocina se abrió un momento después y Dorian entró—. Hey, pensé que seguirías durmiendo.

—Me levanté para ir al baño y no pude volver a dormir —le quitó importancia con un encogimiento de hombros—. ¿Y tu que haces aquí? Pensé que estarías en la empresa hasta la tarde.

—Lo estaba, pero mi padre me envió a hacer unos recados, pasé frente a una panadería y vi esto —dejó una bolsa frente a Blue—. Al instante supe que era algo que ibas a apreciar.

Curioso, Blue se asomó por el borde de la bolsa y soltó un sonido de gusto—. Donas cubiertas de chocolate —abrazó la bolsa, mirando a Dorian—. Eres mi persona favorita en el mundo en este momento.

Dorian rió, abriendo el refrigerador y sacando una botella de agua—. No dejes que Damon te escuche decir eso.

—Él sabe de mi moldeable dignidad cuando se trata de chocolate —sonrió antes de fruncir un poco el ceño—. ¿Viniste hasta aquí solo para traerme donas?

Bajando la botella luego de darle un largo trago, Dorian masculló—. Tenía que venir por unos documentos que me olvidé en la mañana.

—Mmm —asintió, observandolo con sospecha—. ¿Por qué no te creo?

—Porque eres una persona muy desconfiada, ¿alguien te lo había dicho?

—Practicamente todo el mundo que me ha conocido —admitió—. Pero por lo general, no me equivoco, así que comienza a decir la verdad.

Los oscuros ojos de Dorian mantuvieron su mirada por unos buenos veinte segundos antes de que se doblara—. Damon me llamó —admitió—. Le dije que estaba cerca y me pidió venir a comprobarte.

Blue rodó los ojos—. He estado cuidando de mi mismo desde los trece —dijo—. No necesito que me vigilen.

Rascandose la nuca en un gesto nervioso, Dorian se dejó caer en una silla cercana y suspiró—. No creo que se trate de vigilancia, Blue —dijo—. Es más bien, una forma de tranquilizar su propia mente. Estas embarazado, quieras admitirlo o no, eso te hace más vulnerable a muchas cosas. Damon solo esta siendo un poco protector contigo, debes entenderlo, tú y el bebé son muy importantes para él.

—Lo sé —suspiró—. Es solo... es extraño tener a alguien cuidandome tan de cerca.

—Sabes, eso es algo que me he estado preguntando por un tiempo —golpeó su dedo sobre la mesa, luciendo pensativo—. Siempre que hablas de tu niñez, dices que te has cuidado solo y jamás mencionas a tus padres, ellos... ¿ellos aun viven?

—Vivos y perfectamente saludables —jugó con los bordes de la bolsa de papel—. Nuestra relación es... complicada, por decirlo de alguna manera.

Una parte de mi |Blue/Damon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora