Capitulo Veintiocho.

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Sentado en el borde de la camilla, Damon se puso su chaqueta y sonrió cuando Blue rápidamente se movió, apartando sus manos y haciendose cargo de la cremallera. Observando al menor de cerca, le permitió cerrar la prenda, sabiendo bien que necesitaba esa pequeña porción de control luego de todo lo que había sucedido. A pesar de lo que todo el mundo pensara, de lo que él mismo pensara, Blue era el tipo de personas que podía parecer un desastre, pero en realidad, se aferraba a un control mucho más estrecho que el resto del mundo. Las cosas materiales no eran mucho para él, pero lo eran las personas que quería, él siempre estaba pendiente de que estuviesen bien y felices, era lo que le importaba.

Lo sucedido en el cuadrilatero había sacudido todo ese control, y Blue lo necesitaba de vuelta. Necesitaba asegurarse de que Damon estaba bien, y él no tenía ningún problema en permitirse ser cuidado para lograr eso.

Alisando sus manos por el frente de la chaqueta, Blue le sonrió—. ¿Listo para salir de aquí?

—Más que listo —aseguró—. Aunque quiero aclarar algo antes de irnos: serás mi enfermero personal hasta que me recupere totalmente, ¿verdad?

—¿Intentando aprovecharte de un embarazado? —chasqueó, negando con la cabeza con falsa decepción—. Tu no cambias, Baker.

Sonriendo, de esa manera en que Blue aseguraba que presagiaba malas intenciones, rodeó la cintura del rubio con sus brazos y lo jaló hasta que este se acomodó entre sus piernas—. Gatito, yo tengo todas las intenciones de aprovecharme de ti, pero no de la forma en que tú piensas —pegó sus labios a la pálida piel de su cuello, besando y chupando la piel hasta dejar una pequeña marca—. Lo que te puedo asegurar es que te va a gustar.

Hundiendo los dedos en el castaño cabello, Blue se retorció entre sus brazos—. ¿Si? —Damon hizo un pequeño sonido de acuerdo, bajando una de sus manos para apretar el culo de Blue, riendo cuando este soltó un chillido sorprendido—. ¡Damon! Estamos en un maldito hospital, comportate.

—Estamos en una habitación privada, y la puerta esta cerrada —señaló, subiendo besos hasta su mandibula y acercandose a sus labios—. Cumpleme la fantasía, Gatito.

Por un momento, Blue realmente cedió, besandolo de vuelta cuando Damon pegó sus labios juntos. Pero en el momento en que volvió a apretarle el culo, golpeó su hombro y se apartó del beso—. Comportate, no voy a tener sexo en un hospital, no importa cuantos pucheros hagas.

—Pero-

—Nada —lo cortó. Sus suaves y delicadas manos enmarcaron su rostro, rozando los lugares coloreados por moretones con sus pulgares—. ¿Te duele?

Hizo una pequeña mueca—. Apenas —dijo—. Los calmantes ayudan bastante.

—O sea, que estas hasta arriba en drogas, y aun así, el único pensamiento en tu mente, es tener sexo. —sacudió la cabeza con una sonrisa—. Eres increible.

—No estoy tan drogado —se defendió, acercandose para dejar un beso en la barbilla del joven—. Y en todo caso, yo siempre quiero tener sexo contigo.

—Tu al romanticismo simplemente lo apuñalas y lo das por muerto, ¿no?

—¿Mi Gatito quiere romanticismo? —sonrió—. Yo puedo darte romance. Ahora, si tu entras a ese pequeño baño conmigo y me dejas follarte, yo te compro una docena de rosas rojas de camino a casa.

Blue negó suavemente—. Eres como el anticristo del romanticismo, lo juro. —sonrió—. En vez de "Mono", debería decirte "Anti-romance".

Suspiró—. Bien, mandaré a alguien a que te traíga tus rosas ahora —aceptó—. Pero podemos ir adelantando lo otro, ¿verdad?

Una parte de mi |Blue/Damon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora