Capitulo Treinta y Cinco.

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Parpadeando excesivamente en un intento de activar su cerebro y que este procesara lo que estaba siendole dicho, Blue levantó su mano y detuvo el rio de palabrerías que se derramaba desde la boca de su primo.

—Detente, retrocede y dejame entenderlo. Tú, me estas pidiendo a mi, que te ayude a organizar tu boda, ¿es eso?

La sonrisa de Nick era tan brillante y compradora, que podría haber rivalizado con el sol—. Eso es exactamente lo que estoy pidiendote.

—Dime la verdad, Nicky, ¿has estado mezclando medicamentos?

Y la sonrisa perdió un poco de su brillo—. ¿Por qué dices eso?

—¿Acaso me has visto? —movió las manos, abarcandose a él y a la casa a su alrededor—. Apenas y logro organizar mi existencia y seguír cuerdo, ¿y tu quieres que te ayude a organizar una boda en la que seguramente habrán más de quinientos invitados?

—Eh, tampoco conocemos a tantas personas. —murmuró—. Solo serán unos... cincuenta.

—Sigue siendo demasiados para mi —atrapó el chupón de Shiloh antes de que pudiese deslizarse fuera de su sillita y volvió a ponerlo en su boca—. Más de diez personas es una multitud a mi parecer.

—No seas dramatico, no es para tanto —dijo—. Tenemos prácticamente todo decidido. Lo único que necesito, es que me ayudes a encontrar el lugar perfecto, con la decoración, entretenimiento y por supuesto, nuestra ropa.

—Claramente, no tienes nada. —bufó.

—Hey, planeamos casarnos en unos meses, estoy pidiendote este favor con mucho tiempo de antelación.

—Eso no lo hace mejor —el chupón de Shiloh volvió a deslizarse fuera de su boca, logrando que el pequeño hiciese pucheros. Rápidamente, volvió a tomar el mismo y ponerlo en sus labios mientras suspiraba—. ¿Por qué, de todas las personas que conoces, estas pidiendome esto a mi?

—Porque eres mi primo, te quiero, y... ¿has visto como se viste Nee? —sacudió la cabeza con decepción—. Cualquiera que lo ve, no podría creer que es hijo de un diseñador de modas. No lo quiero eligiendo nada para mi boda, esto tiene que ser perfecto.

Bajando la mirada hacia su camiseta básica y jeans, Blue volvió a ver a su bebé vestido enteramente de naranja e hizo una mueca—. ¿Tu me estas viendo a mi? —soltó—. Soy el prototipo perfecto de hombre sin gracia que te enseñan en los comerciales cuando intentan venderte alguna estupidez que en un chasquido puede convertirte en la razón de las fantasias de media humanidad. Y mi bebé parece una calabaza, ¿por qué demonios me estas pidiendo esto a mi? Y ahora di la verdad.

Nick dudó, y realmente lo intentó, pero en el fondo, el tipo era tan débil que una sola mirada firme lo tuvo soltando la sopa—. Damon me pidió que te involucrara en la planeación para ver si podíamos lograr que te sintieras más a gusto con todo esto del compromiso —se acercó, bajando la voz—. Entre nosotros, creo que él piensa pedirte matrimonio.

Un escalofrío le recorrió la espalda con la sola mención—. Si sabe lo que le conviene, no lo hará.

—Esta contigo, yo creo que él no diferencia entre lo que le conviene y lo que le gusta. —se alejó antes de que Blue pudiese atinarle un golpe. Volviendose, el moreno revisó a sus hijas durmiendo en el coche a un lado antes de volver a verlo con una mirada pensativa—. ¿Que problema tienes con el compromiso?

—¿Yo? Ninguno —negó—. Mientras sean otros los que se comprometen, a mi no me afecta en nada.

—Mm, ¿que problema tienes con comprometerte? —rectificó, asegurandose de marcar bien las palabras para que no hubiese error esta vez.

Una parte de mi |Blue/Damon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora