6: "𝑪𝒐𝒏𝒇𝒆𝒔𝒊𝒐́𝒏"

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Impaciente, subía por el ascensor de ese exclusivo hotel en donde la había hecho suya la última vez que la había visto. Saber que la volvería a ver, le aceleraba todos los signos vitales irremediablemente. Con un texto, Nayeon le había hecho saber que había tomado la misma habitación para ese improvisado encuentro y eso alteraba un poco más, todo en su interior. 

Todo el entusiasmo de la alfa se derrumbó, cuando llamó en la puerta y la omega le abrió con los ojos muy hinchados y los labios rojos de tanto llorar. Su corazón se oprimió y su loba reaccionó al semblante de la omega al verla realizar un mohín con su labios apenas la vio llegar. Jeongyeon se apresuró a estar dentro para abrazar su semblante frágil y derrotado. 

—¡Él me acusa de que todo es mi culpa! De que su reputación puede acabar en la basura por lo que dije... Jeongyeon, me siento presa a su lado y ya no sé qué hacer... —Sollozó cuando la miró a los ojos y ella le besó la frente para rodearla con su cuerpo.

La omega sollozó sin control, y la alfa intentó abrigarla con su calor y su aroma desprendió aquellas feromonas dulces y comprensivas, intentando colmarla de su calma. Qué más quisiera ella, que poder liberarla de ese tipo y de todo ese dolor que la dejaba tan vulnerable ante sus ojos. Jeongyeon decidió que no le gustaba verla de ese modo.

—Oh no Nayeon, eso no es cierto y usted no es responsable de nada absolutamente. —Manifestó su molestia con la tensión de todo su semblante.

Le partiría la cara al imbécil de Kim, por causarle tanto daño a una criatura tan sensible como lo era aquella omega. ¿Cómo podía ser tan cruel? ¿Acaso no podía ver la frustración en su tierna mirada triste? El destino era tan injusto. Con lo que daría ella por poder amanecer a su lado y sentir su aroma floral a su alrededor a todas horas. Había quienes disponían de lo que no merecían. Ya estaba divagando otra vez... 

—Es que cada vez que lo miro, no logro recordar qué es lo que me unió a él alguna vez, y no puedo evitar pensar en los años que pasé esperando recibir algo de alguien, que quizás, nunca existió y que fueron en vano. Me siento tan ridícula... —Murmuró sobre su blusa. Jeongyeon proporcionaba caricias por el largo de su espalda, la comprendía tanto. 

—Ya no piense más en eso por ahora. Descanse un momento y olvídese de todo. —Propuso, mientras intentaba reconfortarla entre sus brazos.

Nayeon se aferró a ella, enterrando la nariz en la amable tela del cuello de su blusa sedosa. La alfa olía maravillosamente igual que la última vez, a cacao y un perfume suave que la relajaba tanto.

—Lo siento, lo siento... —Repitió varias veces, mientras le rodeaba la cintura con sus brazos. Jeongyeon levantó su mentón y le besó la mejilla antes de dirigirse a su lluviosa mirada. 

—No tiene que disculparse por nada, estoy aquí para lo que usted disponga Nayeon, no lo olvide por favor. —Le recordó mientras recargaba su rostro contra su pecho nuevamente. —Al horario que sea, no importa. Nada más importa. —Dijo mientras se mecía brevemente de un lado a otro con la omega entre sus brazos. 

Nayeon se sintió en libertad con sus palabras, segura con su presencia y lloró con angustia intentando despojarse de lo que oprimía su corazón.

La alfa no se apartó un solo instante, resistiendo a su lado. El aroma a rosas la inundó cuando apoyó su nariz sobre su cabello y tuvo que detener sus instintos más vivos, ella se veía derrotada, pero sus sentimientos se encontraban en contradicción porque su alfa deseaba poder recorrerla otra vez, aquellos pensamientos la abrumaban como nunca antes.

Varios minutos después, Jeongyeon se encontraba de pie junto a la cama viendo hacia el ventanal cuando la pelimiel salía del baño. Jeongyeon se veía tan bien enfundada en ese conjunto de oficina color negro, junto a aquella imponente vista de la ciudad a sus pies, era una ejecutiva y efectivamente se veía como una, tan interesante, quizás misteriosa, atractiva, serena y tan hermosa, pensó observándola ahora con toda atención. 

𝑨𝒑𝒑𝒓𝒆𝒏𝒕𝒊𝒄𝒆 🥀 [2Yeon] G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora