24: "𝑬𝒏𝒄𝒓𝒖𝒄𝒊𝒋𝒂𝒅𝒂"

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Hay instantes precisos que tienen una duración de mínimos segundos, pero que pueden costar decisiones permanentes. Ese tipo de decisiones que pueden cambiar el curso de la vida propia e incluso de quienes nos rodean.

Nayeon terminaba la taza de té de tilo que le había traído su hija mayor. La menor, era la que no le soltaba la mano un solo momento y se encontraba siendo un apoyo incondicional. 

Chaeyoung había comenzado la conversación con una pregunta que sacó de sí a su madre. 

—¿Dónde está él? ¿Mi padre le hizo algo? Ma, por favor, necesito saber... —Buscó su mirada y le dolió ver como se le volvían a cargar de angustia —¿Por qué no está aquí, con nosotros? —insistió la joven y Nayeon dio un largo suspiro al oír el llanto de su loba desvalida ante el recuerdo, estaba dispuesta a dar esa respuesta en voz alta, luego de un extenso tiempo de haberlo sepultado en su interior. 

—Nació sin vida, amor... Lo perdí. —Habló con dificultad, obviando el motivo. Chaeyoung se volteó para sentir las lágrimas caer una vez más y Nayeon presionó su mano, pues sabía muy bien que su hija no lo hacía para hacerla sentir mal y ella jamás se negaría a darle la verdad en sus respuestas, solo que, nadie había hecho esas preguntas antes. 

—Lo vi, yo lo sabía, siempre lo supe y no lo detu... —Se tuvo que detener cuando su madre exigió su atención tomando sus mejillas para buscar su mirada. 

—Óyeme muy bien mi cielo... —Hablo con la voz muy seria —Tú no tienes cargos y culpas aquí, este no es tu problema ¿entiendes? Tu eras una cachorrita cuando todo eso sucedió, eras mi bebé y nada de esto tuvo, ni tiene nada que ver contigo ¿de acuerdo? —Le advirtió y la joven omega asintió como quien recibe una directiva y rápidamente la abrazó. —Lo siento mucho Chaeyoung, tu no merecías guardar ese episodio tan oscuro, dentro de ti... —Murmuró Nayeon tan entera, luego de haberse recuperado de aquel estado en el que se había perdido en su dolor. 

Chaeyoung le miraba con tristeza al notar como ella retenía la información sobre todo lo que había revivido de esa tarde en la que perdió la consciencia. 

—Tranquila cariño, lleva tiempo olvidar, date ese tiempo para poder enfrentarlo y dejarlo ir... —Le aconsejó Jeongyeon, quien tomaba un lugar detrás de Nayeon en silencio. Por más de que presenciaba la escena, no se había creído capaz de interrumpir, hasta entonces. 

Yerim sonrió de costado antes de hablarle a su madre.

—No te preocupes por nada más ahora. Al fin y al cabo, ya es tiempo de que disfrutes de tu vida con la alfa con la que te vas a casar, ¿no crees mamá? —Cuestionó su hija mayor, abrazando a joven su omega. 

Nayeon se sintió débil al ver a su joven hija acariciar la barriga de la jovencita a su lado, porque uno de los motivos de permanecer en esa casa, sería el poder acompañar lo que quedaba del embarazo de Joy y ser un apoyo para su Yerim en aquel importante momento.

—Ma, tú también tienes derecho a rehacer tu vida, recuperar la felicidad. Aprender a sanar... —Habló la joven alfa, cuando se acercó a ella para apretarla en un abrazo cálido, su madre la recibió con amor. 

—Chaeyoung. —Llamó a la joven, quien se había sumergido en esos oscuros recuerdos, pero se acercó a su madre cuando la oyó nombrarla. 

—Si mami, dime... —Removió aquellos pensamientos y sonrió cuando su madre la miró. 

Nayeon sabía que su hija menor también necesitaba mucha ayuda pues, después de todo lo que había acontecido, bien no podía solucionar la difícil situación de vida de su hija mayor, al menos le quedaba el ayudar a sanar a su hija menor de todo ese horrible pasado. 

𝑨𝒑𝒑𝒓𝒆𝒏𝒕𝒊𝒄𝒆 🥀 [2Yeon] G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora