26: "¿𝑷𝒐𝒅𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒓?"

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Todo en la habitación se había colmado del calor que emanaban sus cuerpos mediante la fricción de sus pieles al reencontrarse.

La alfa no podía detener el movimiento de sus manos por el delicado cuerpo de la omega, deseando tomarla con prisa, adueñarse de todos y cada uno de sus sentidos, pero lo que más deseaba desde que la había vuelto a ver con esos lindos ojos, era marcarla y volverla su omega de una vez.

—¿Estás segura, mi amor? —Preguntó Jeongyeon, ansiosa por asegurarse de que no estaba cometiendo el peor de los errores al dejarse llevar por aquella incesante atracción que la fundía contra su omega de ese modo incontenible.

Nayeon asintió con los ojos cerrados, embriagada con la firmeza de sus caricias, sintiendo que la devoción de su loba era tan espontánea hacia ella, hacia lo que sentían una por la otra y que las enlazaba tan magníficamente. Jamás había deseado con tanta fuerza ser la omega de una alfa, pero en ese preciso instante solo deseaba que Jeongyeon la mordiera y la tomara con todo su cuerpo.

—N-no, no te detengas... —Meció la cabeza y sus labios se entreabrieron cuando Jeongyeon decidió perder sus labios allí en la fina curva de su cuello y mentón, en donde deseaba fundirse profundamente.

—Nada ni nadie vuelve tan loca a mi loba como tu aroma, Nayeon... —Habló ronca al ver cómo ella se tomaba uno de sus labios con sus dientes, tratando de detener ese frenesí de sentimientos indecorosos e incesantes. 

El deseo en su cuerpo era tan evidente, que le hacía perder toda razón con mucha facilidad, decidió Jeongyeon sin poder evitar detallar cada expresión en su hermoso rostro. Se apresuró a obedecer sus órdenes y recorrió la piel de su espalda cuando sumergió sus manos allí y la arropó con su cuerpo. 

—¿Es lo que deseas? ¿Así, aquí y ahora? —Preguntó Jeongyeon con la voz morbosa de curiosidad y otro tanto de ansiedad. 

Nayeon se estremeció al oír demasiado grave su voz y sonrió al hallar el deseo que se inventaba en su mirada, una vez se decidió a enfrentarla. Era tan temprano para sentir con tanta fluorescencia, sentía que estaba a punto de consumirse desde adentro pero a la vez se sentía tan sensacional, que no lo cambiaría por absolutamente nada.

—Si... —Corraspeó con la voz repleta de ese deseo ardoroso, abandonó la sonrisa cuando la alfa la miró como si la fuera a devorar. Su piel se había encendido por completo de solo recibir esa mirada, rápidamente todos sus sentidos se pusieron alerta, así era con ella, simple y sencillamente imparable. 

—Pues, tus deseos son mis órdenes, omega... —Comenzó aquel sendero de besos, que comenzó en la afabilidad de sus labios entreabiertos y prosiguió hacia sus hombros, explorando cada espacio a su alcance, deleitándose con el incendio en su piel y el incremento de su delicioso aroma. 

—Jeongyeon... —Se oyó en un murmullo, sometiendo uno de sus labios entre sus lindos dientes, mientras esa inquieta boca la recorría por un sendero claro que persiguió sus brazos, y una extraña sensación le recorrió eléctricamente todo el cuerpo al sentirla besar la punta de sus dedos. —Oh, eres un peligro Yoo... —Susurró la omega, ante esa sutil caricia que podía sentirse tan ardiente a la vez. 

La temperatura corporal aumentaba a cada instante un poco más en esa habitación que apenas comenzaban a compartir como un lazo de verdad, uno al que solo le hacía falta una sola cosa para estar completo...

—Nayeon, me encanta lo bien que le sientan los colores claros a tu piel... —Correspondió Jeongyeon al dulce sonido de su voz, que se despidió como un gemido, mientras removía la seda blanco perla de su pijama entre las caricias firmes y dedicadas de la alfa. 

𝑨𝒑𝒑𝒓𝒆𝒏𝒕𝒊𝒄𝒆 🥀 [2Yeon] G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora