Un minuto. ¿O quizás dos? Es lo que le había tomado caer en cuenta de que, asegurando lo inminente al compartir su vida con Yoo Jeongyeon, la vida se convertiría en un reto que sólo tenía que tomar y vivir, entendió, observando al reto personificado frente a ella y que la veía con aquellos curiosos ojos brillantes como el cielo.
Nayeon detalló el instante en el que las lágrimas le abandonaron por esa expresión pasmada. Se sintió muy confundida, pero rápidamente se conmovió con su emoción y una sonrisa cálida adornó su rostro, una vez le oyó responder el saludo.
—Hola Ryujin —Murmuró involuntariamente y le miró confundida, antes de levantar la mano para hacer presión sobre su sien, le dolió la aguja intravenosa de suero y todo en su cuerpo al accionar de golpe. Su loba dormía y ella se sintió confundida por toda esa sensación de fatiga en todo el cuerpo.
La jovencita se limpió las lágrimas, mientras ambas se observaban detenidamente. Nayeon correspondió la sonrisa con la que la niña le miraba, y se dio el tiempo de observarla de cerca, era preciosa sin duda y tenía tanto de su madre en ella, concluyó rápidamente.
—¿Te sientes bien? —preguntó Ryujin con amabilidad y se volteó a ver a su madre, quien descansaba sobre el sofá, antes de verla asentir.
—Estoy bien, pero... —Intentó, más la jovencita la interrumpió casi al instante.
—Iré a despertar a mi mamá. No digas nada unnie, por favor. —Suplicó mientras soltaba su mano.
La omega asintió, viéndole sin abandonar la expresión de desorientación. ¿Qué es lo que había cambiado en su vida y que, claramente, había ignorado?
—Mami, ¡Mami despiértate! —Le removió sin poder dejar de mirarle y Nayeon miró la escena, dejando escapar una risilla. Yoo Jeongyeon una vez más era parte de su vida. Aquella idea le pareció excelente, sin abandonar la simpática imagen.
—¿Qué-qué sucede cariño? —Le miró descolocada, incorporándose rápidamente. ¿Cuándo se había dormido? Incursionó la alfa en su interior. Pensamientos que rechazó porque su hija le removía ansiosamente la manga del suéter y Jeongyeon la buscó, malhumorada. Había dormido tan mal desde aquel sueño y la discusión con los directivos de ese lugar el día anterior, que imaginar perder a Nayeon había sido desolador.
—¡Mami, despertó! —Tartamudeó con la voz muy alegre. Una sonrisa emocionante se veía en su rostro y Jeongyeon se sintió confundida por el atropello de su mini huracán.
—¿Quién, cariño? —Y como por inercia miró hacia Nayeon. Su sorpresa fue tan grande, que pensó que le fallaría todo el cuerpo de la impresión.
Allí estaba ella, viéndole con esos hermosos e inigualables ojos y pensó que en todo ese tiempo no había recordado ni una décima de todo lo que le hacía sentir ese par de faroles al alma, al cuerpo, al espíritu, porque era mil veces más bella de lo que la recordaba. Nayeon sonrió cuando parpadeó y Jeongyeon sintió que el corazón le daba un vuelco de la emoción.
—Mi amor... —Pudo formular ella con torpeza, mientras detallaba la amabilidad en cada una de sus expresiones y el color en sus ojos, que tanto adoraba redescubrir en profundidad.
—Nayeon unnie está de regreso mami, ¡Levántate! —Le pidió, tomándola del brazo y estirándola para que se pusiera de pie, pero la pelicorta no podía regresar de aquel transe en el que se había sumergido al reencontrarse con esa maravillosa mirada. La conexión que las unía le había sorprendido inmensamente, era algo de lo que no sabía regresar con tanta facilidad, desde la primera vez, se recordó.
—Jeongyeon... —Formuló con sus bonitos labios aún secos y fue ante esas, sus palabras, que la alfa se puso en pie de un tirón.
Nayeon rió entre dientes al verla cruzar la habitación y varias zancadas de sus piernas largas luego, estaba junto a su cama para tomar una de sus manos con ambas de las suyas.
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𝑨𝒑𝒑𝒓𝒆𝒏𝒕𝒊𝒄𝒆 🥀 [2Yeon] G!p
Fanfic"¿Porqué?" Se preguntó en su interior cuando pensaba en seguir los pasos de su alfa y sentir la adrenalina que aquello generaba, "Porque es lo que él me estuvo enseñando, yo solo soy su aprendíz..." se respondió buscando algún alivio, no quería sent...