Alfa x Alfa (2)

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Parte 2

Mi castillo se derrumbó una noche, en una fiesta de caridad a la que fui obligado a ir por mis superiores. Me encontré ahí con el coronel Rhodes, quien quería mostrarme un prototipo de un programa para la defensa nacional. El coronel me condujo hasta donde estaba el creador del programa, un amigo suyo.

―Capitán Rogers ―me dijo ―, le presentó al Ing. Anthony Stark.

Tony se dio la vuelta con una copa de champagne en las manos. No había cambiado mucho, excepto que ahora llevaba barba, pero sus ojos no habían perdido su chispa y su cabello castaño seguía formando suaves ondas sobre su frente.

―Steve ―dijo a media voz.

―Hola, Tony ―le dije al tiempo que le tendía la mano.

Él la estrechó tras dudarlo un segundo.

―Oh, ¿se conocen? ―dijo el coronel.

―Sí... ah... éramos...

―...compañeros en el colegio ―terminé por él porque lo vi en apuros.

―Ya veo ―dijo el Coronel―. ¡Qué suerte! Será más sencillo entonces que puedan trabajar juntos.

―¿Trabajar juntos? ―dijimos a la par.

―Sí, ¿no se lo explicó Fury, capitán? Necesitamos que asesore a Tony con las especificidades del programa que está desarrollando.

Tony balbuceó que algo le habían dicho sobre un capitán, pero, obviamente, no esperaba que fuera yo. Yo no sabía nada al respecto. En ese momento, mi jefe, el director Fury, apareció. Explicó rápidamente que se le había pasado decirme, pero que ese era un buen momento. Me pidió que me pusiera de acuerdo con Tony para ponernos manos a la obra cuanto antes.

―Por cierto ―dijo antes de despedirse ―. Felicidades, capitán.

―¿Felicidades? ―preguntaron Tony y el coronel Rhodes.

―Oh, sí. El capitán se convirtió en papá hace unos meses, ¿no es así? No había tenido la oportunidad de verlo y decirle, como ven, muchas cosas.

―Oh, ¿en serio? ¡Muchas felicidades, capitán! ―me dijo el coronel y luego partió a lado de mi jefe.

―Felicidades ―me dijo Tony al tiempo que me daba una copa ―. Esto amerita un brindis.

Asentí y chocamos copas.

―Ser padre es una de las cosas más bonitas que pueden pasarle a uno ―dijo.

―Sí, estoy de acuerdo ―bebimos ―. ¿Y tú, Tony? ¿Tienes hijos?

Tony le dio otro trago a su copa antes de responder. Me sonrió y asintió.

―Una niña, se llama Morgan, tiene cinco años. ¿Y tu bebé?

―Johnny, cinco meses apenas ―le dije y como aún estaba emocionado, saqué mi teléfono celular para mostrarle una foto de mi hijo dormido rodeado de peluches.

―Se parece a ti ―dijo Tony ―. Caray, parece tu clon. ¿Tiene los ojos azules? No me digas que no, que no te creeré.

Reí.

―¿Cómo lo supiste? ―dije ―. Tal vez le cambien de color todavía.

―No creo, estoy seguro que serán como los tuyos. En serio, Steve, se parece mucho a ti.

―Es muy pronto para decirlo. Después de todo su mamá también es rubia, así que no te guíes por su pelo.

―No lo digo por eso ―Tony sonrió ―. Simplemente, tiene toda tu pinta. Será un hombre extremadamente guapo cuando crezca.

Stony Series Vol. 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora