VII

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Los días avanzaban con tranquilidad, al menos para mi estaba siendo la mejor experiencia de la vida y el largo entrenamiento físico impuesto por Chris solo me hacía querer dar lo mejor de mí a cada segundo

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Los días avanzaban con tranquilidad, al menos para mi estaba siendo la mejor experiencia de la vida y el largo entrenamiento físico impuesto por Chris solo me hacía querer dar lo mejor de mí a cada segundo. Podía ver el rostro de agotamiento de muchos de los reclutas, muchos ya habían renunciado voluntariamente y otros habían sido sacados del programa por no cumplir con los requisitos necesarios para ser parte del equipo Alpha liderado por nuestro capitán. De los casi 100 solo quedábamos la mitad y estaba segura que el numero continuaría disminuyendo hasta que solo quedáramos los mejores.

A diario compartía mensajes con mi hermano, quien a toda costa intentaba persuadirme de entregar mi renuncia y volver al ejército donde era más seguro. Patrañas. De igual forma con Davis que ahora estaba a cargo de mi antiguo escuadrón, era el líder más serio de todos y como no si es un mal humorado, a excepción de mi claro. Es estricto y rutinario. Odia que interrumpan su concentración y detesta con todo su ser cuando un plan no sale de acuerdo con lo que él había organizado. Nuestra última conversación había sido hace una semana y desde entonces no había tenido noticias suyas, habían sido enviados a una misión a Irán. La primera línea de combate siempre es una mierda.

Me dirigía hacia el campo de tiro para una nueva prueba de destreza guiada por la agente Valentine. Una simulación en realidad virtual de cómo sería un enfrentamiento con un no vivo, estaba emocionada por lo que estaba por pasar. Me quede sentada en el lugar de espera mientras un grupo del equipo se alistaba para iniciar. Mi teléfono comenzó a vibrar en el interior de mi pantalón, ignore este pues quería estar concentrada para lo que estaba por pasar. Pero las llamadas continuaban. De mala gana me levante caminando hacia la entrada donde estaba Chris atento a todo lo que estaba pasando.

— ¿Bueno?

— Hola Capitana Kennedy.

— ¿Quién habla?

— Soy el comandante Donald.

— Oh, señor. A que debo su llamada.

— Primero ¿Cómo va todo en las grandes ligas?

— Todo está marchando bien, señor. – Gire la mirada encontrándome con los ojos fijos de Chris.

— Me alegra muchacha. Tengo malas noticias para ti. – De inmediato sentí un nudo en el estómago y mis piernas comenzaron a temblar. Me quede en silencio sin saber que responder. – sé que eras muy amiga del capitán Davis...

— ¿Señor?

— Falleció en combate. Lo lamento.

El teléfono cayo de mi mano estrellándose contra el suelo de cerámica. Mis piernas dejaron de responderme y solo termine de rodillas en el suelo sin poder asimilar lo que acaba de escuchar. Todo a mi alrededor comenzó a volverse oscuro y a lo lejos escuchaba mi nombre, escuchaba la voz de Logan llamándome, mi capitana, mi dulce capitana. Me llamaba de esa forma cada que cometía un error. Sentía como las lágrimas se acumulaban bajo mis parpados, pero se negaban a salir de mis ojos. Me sentía destrozada y solo quería gritar, pero mi voz tampoco respondía. Sentí unos brazos a mi alrededor que solo lograron hacerme sentir peor de lo que ya me sentía.

— ¡Kennedy! – El grito de mi capitán logro sacarme del trance en el que me encontraba. Mis ojos se encontraron con los de Chris y solo pude echarme a llorar aferrándome a él con todas mis fuerzas. – Continúen, la llevare a la enfermería.

Seguía sin poder hablar, Chris se había mantenido junto a mí por todos esos minutos. Una de las enfermeras comenzó a revisarme y ver mis signos vitales que claramente estaba correctos. Mi salud era perfecta, pero ahora mi mente era un caos. No quería asimilar lo que mi comandante me había dicho, tal vez solo era una equivocación y era otro soldado. Pero no Davis, el no. Tenía tantos planes, quería abrir su propio restaurante al regresar a casa y poder darle un buen futuro a Megan, su hija de dos años que esperaba por el en casa, su esposa. No imagino como debe estar Clara, después de todo ellos han estado juntos desde secundaria. Nuevamente las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas mismas que seque con rapidez.

— Señor.... – Finalmente las palabras salieron de mi boca. – necesito un permiso especial.

— ¿Qué ocurre Kennedy?

— Recibí una llamada... me informaron de la muerte de alguien importante en mi vida. Mi mejor amigo, yo quisiera asistir a sus funerales señor. Pero no quiero perder el entrenamiento.

— También he perdido amigos. Puedes ir. – Apoyo una mano en mi hombro y con la libre seco las lágrimas que volvían a escapar. - ¿Quieres que te lleve a casa?

— Tomare el autobús. Llamaría a León, pero viajo fuera de la ciudad... yo. – Nuevamente comencé a llorar, las lágrimas cayendo sobre mi ropa, Chris apoyo mi cabeza contra su pecho mientras dejaba caricias en mi cabello, aquello se sentía tan fraternal, que me sentía de maravilla al estar así con él. – D...duele tanto.

— Lo se Alina, lo se. – Me aferre a él jalando con mis dedos su ropa. – te llevare a casa.

No quería dar explicaciones a los demás de lo que había pasado, prefería simplemente hacerlo al regresar. Era mejor que estar siendo vista con lastima, pero se bien que todos aquí han perdido a alguien importante y conocen bien lo que se siente. El dolor que te carcome lentamente los huesos, sentir como el alma te va abandonando el cuerpo. Tome mi bolso dedicándole una débil sonrisa a Drex quien solo avanzo a mi dejando un pequeño golpe en uno de mis hombros, por alguna razón le había contado el porque me iba así tan repentinamente y el solo actuó amable, dando un par de palabras de consuelo que por alguna razón recibí bastante bien.

— Vuelve pronto ¿Quieres? Me sentiré solo sin mi compañera.

— ¿Ya te caigo bien?

— La verdad sí. Ve, el capitán está esperando.

— También me agradas. – Dije antes de salir. No espere decir eso, menos cuando en un principio las cosas eran bastante tensas.

 No espere decir eso, menos cuando en un principio las cosas eran bastante tensas

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Hoy me demore un poco en subir capítulo. Ya tenemos la primera muerte del fanfic. 

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Mi cuenta esta disponible para lo que necesiten, últimamente me he puesto a pensar en ser una ayuda para quien necesite desahogarse y no tenga con quien. La salud mental es algo complicado, se que no tiene que ver con las historias, pero en lo personal es mi manera de mantener mi mente ocupada y con los pensamientos negativos fuera. 

Espero les ayude y en serio seré literalmente un libro abierto para quien necesite un consejo. 

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