XI

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Con Chris mantuvimos la distancia, aun cuando las miradas eran constantes

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Con Chris mantuvimos la distancia, aun cuando las miradas eran constantes. Podía sentir a diario sus ojos fijos sobre mí, pero había dejado las cosas claras, no volveríamos a cruzar esa línea. Aun cuando me moría por hacerlo y revivir lo que había pasado. Muchas noches me torture mentalmente intentando recordar lo sucedido, pero todo llegaba hasta ese primer beso, luego eran imágenes borrosas, como de una película de mala calidad. Me gustaba, cada día me gustaba más. cada día sus ojos me hacían sentir débil, tonta e hipnotizada. Quería estar entre sus fuertes brazos sintiendo esa calidez, quería sentir su perfume. Sus manos ásperas acariciando mi rostro. Quería tantas cosas, pero era imposible. Él estaba con Jill y eso me quemaba por dentro, me sentía celosa, pero lo disimulaba muy bien.

¾ Bien, reúnanse. Necesito que presten atención. – Me quede junto a Drex. – Nos informaron que en el norte de Canadá han estado desapareciendo turistas y ciudadanos, demasiados para ser solo casualidad. Enviamos a un equipo de reconocimiento a la zona, no hemos podido establecer un contacto con ellos desde hace 24 horas. En esta zona. – Apunto al mapa mostrando una enorme capa de calor. – creemos que puede ser un centro de operaciones de Umbrella o alguna otra compañía. Nuestro objetivo principal es ir a ese lugar y encontrar al equipo. Estos son los hombres. – Puso la fotografía de cinco chicos. Memorice de inmediato sus rostros. – Nos vamos a dividir en dos equipos, Alpha 1 liderado por mí y Alpha 2 por Jill. En el equipo de Jill estarán Preston, Kang, Fix, Moss y J.P. en mi equipo Drex, Colleman, Nadia, Anderson y Kennedy. – Apenas dijo mi nombre Drex y yo chocamos nuestros puños. - Nosotros entraremos por el frente y ustedes por la parte trasera siendo el segundo apoyo. No conocemos el terreno, así que veremos las dificultades al llegar al lugar. Partiremos mañana a las 800 horas.

Mi primera misión estaba a la vuelta de la esquina. No es como si no hubiera hecho misiones de rescate antes, pero ahora era distinto. Las probabilidades de morir eran 100 sobre 1. No podía bajar la guardia y como decía con mi hermano, ojos abiertos y sentidos alerta, tenía que poner eso en el campo si quería salir ilesa de eso. Me quede en la sala de descanso por un rato, repasando con detalle todo el plan, observando mapas topográficos de la zona a la que debíamos llegar y los posibles caminos para escapar en caso de que las cosas no salieran acorde al plan, había montañas alrededor tan altas que ocultaban cualquier rastro de alguna edificación, pero las imágenes satelitales mostraban otra cosa, había algo ahí. A simple vista parecía una casa abandonada, pero seguramente la base de operaciones estaba bajo tierra, al igual que en Raccoon City.

— Deberías estar descansando. – Ignoré su voz y solo me mantuve concentrada en las imágenes, marcando con una lapicera las posibles rutas de escape. – Alina, han pasado meses ¿Seguirás ignorándome?

— No lo ignoro capitán. Estoy trabajando, quiero hacer bien las cosas. Soy un soldado, es lo que hago.

— No me refiero a eso y lo sabes. Quise evitar el tema, pero me está volviendo loco. Necesito que al menos escuches lo que tengo que decir.

— Bien, lo escucho capitán.

— Después que te deje en el aeropuerto. Me quedé en un café cercano por horas, bebí tanto café que toda la resaca que tenía desapareció en minutos. No paso mucho para recordar lo que paso luego de esa botella de vino, bueno las botellas de vino. – Soltó una risa. – En fin, lo que paso. Yo tome la iniciativa, yo te bese. No me arrepiento en absoluto.

— ¿Por qué me está diciendo esto? Iremos a una misión en unas cuantas horas. Solo hará que me desconcentre.

— Porque quiero que sepas que no he dejado de pensar en ese día ni un solo momento.

— Claro... claro y por eso a la semana se estaba devorando con la agente Valentine. No piense que me creeré todo eso. – Suspire con pesadez antes de comenzar a recoger mis cosas. – si pudiera volver a ese día, no me hubiera acostado contigo. No si hubiera sabido que estabas en una relación. No te hubiera entregado mi primera vez. – Apenas dije eso las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Odiaba con todo mi ser sentirme así de frágil.

— Alina. – Me tomo con fuerza de los brazos. – No tengo, ni he tenido ninguna relación con Jill. Ella me beso y ya. Es lo que te quería decir, maldita sea. y no lo recuerdas, pero me lo dijiste, dijiste que era tu primera vez. Que nunca habías estado con alguien, me pediste que fuera gentil. – Mostro una sonrisa. - Si pudiera volver a ese día, no hubiera bebido y te hubiera hecho el amor con mis cinco sentidos, para recordar mejor esa noche. – Su voz grave y demandante me erizo por completo la piel. Cada una de sus palabras sonaba tan sincera ¿Chris estaba diciendo la verdad? – no he dejado de pensarte y me está volviendo loco el que me ignores de esta manera. Necesito que al menos me digas que también fue especial para ti.

— No puedo decirte eso, porque no lo recuerdo. Por más que traté de recordar, no pude, son imágenes borrosas que no quieren aclararse. Y quiero recordarlo... - Un suspiro pesado escapo de mi boca. Estaba dispuesta a decir algo más, pero su boca interrumpió mis palabras, sabia a menta fresca. Su barba raspaba mi mentón provocándome cosquilleos agradables, quería alejarme, pero su boca se sentía adictiva, no quería dejar de besar sus labios. – Capitán no debemos cruzar la línea. – Dije al separarnos. – no es correcto.

— No me importa. – Me apretó entre sus fuertes brazos, con algo de duda pase los propios por alrededor de su cintura. – Mañana es tu primera misión, necesito que te mantengas cerca. Donde pueda asegurarme que estas a salvo.

— ¿Por eso me pusiste en tu equipo? – El solo asintió. - Lo intentaré capitán. Chris. Ahora deberíamos descansar.

No sabía bien cómo reaccionar a las palabras que habían salido de su boca. No sabía bien cómo reaccionar ¿Mi primer amor? Lo era, me gustaba Chris y estaba encantada con él en muchos sentidos. Continuaba pensando en todo lo que había pasado en la sala de descansos, ese beso regresaba a mi mente sacándome una que otra sonrisa, aun cuando estaba alistando mis cosas seguía pensando en él. Me ajuste el chaleco antibalas asegurándome que quedara bien sujeto. Bajo este una camiseta ajustada que me daba mejor movilidad, un pantalón azul oscuro y los botines. Un cinturón con suficientes bolsillos para cargar munición. En mi chaleco un par de cuchillos y más cargadores, eran demasiados para una misión de rescate, pero nadie sabe lo que puede pasar en una situación así.

— Bien... vamos 12 a esta misión, volveremos todos y traeremos al equipo de reconocimiento de vuelta. No quiero bajas. Sigan las órdenes y volverán a casa con vida. A un par de kilómetros del lugar nos esperara un vehículo, son aliados. Ahora todos a bordo. Nos vamos. – Ordeno Chris, un suspiro escapo de mi boca mientras terminaba de acomodar mis armas y llevar mi fusil conmigo. 

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