XXV

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Intentar convencer a León seria lo mismo que intentar detener una bomba a punto de estallar

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Intentar convencer a León seria lo mismo que intentar detener una bomba a punto de estallar. Y con bomba me refiero a Chris. Es prácticamente imposible, lo conozco perfectamente bien. No va a querer y yo me llevare el regaño del director por fallar. Sostuve con fuerza el expediente en mi mano mientras caminaba hacia la sala B donde esperaba que todos los demás ya estuvieran listos para trabajar. Seguía pensando en que palabras usar para poder llegar a mi hermano sin que me arroje su arma por la cabeza. Me detuve al chocar de frente con Chris quien estaba echando humo por las orejas, perfecto, mi juicio final acaba de llegar. pero al contrario de lo que esperaba, solo sentí sus brazos alrededor de mi cuerpo apretándome contra él.

— Eh ¿Chris? Suéltame, me estas asfixiando.

— No imaginas la angustia que estaba sintiendo por no saber nada de ti Alina.

— Estoy bien, no paso nada. No tuvimos inconvenientes. Prometo que estoy bien.

— No vuelvas a irte sin decirme. – Sostuvo mi rostro entre sus manos dejando caricias en mis mejillas, el enojo que había visto en su mirada se había esfumado por completo, ahora solo había tristeza. – no soportaría perderte Alina.

— Estoy bien. – Susurre mientras apoyaba una mano contra su rostro usando mi pulgar para sacar una de sus lágrimas. Chris se apartó cruzándose de brazos.

— ¡En qué demonios estabas pensando! – Me sobresalte ante ese repentino cambio de humor. Nuevamente en sus ojos había enojo y sus orejas estaba rojas debido a la rabia. – Irte sola a una misión sin comunicación, sin nada para defenderte ¡¿Te volviste loca?! Y ese Kang, lo voy a colgar de los pies por acceder a ir contigo. No es más lo voy a suspender y lo degradare a limpiar los baños. Taylor y Preston van a correr la misma suerte. Dios no hay respeto por mí. Todos hacen lo que se les da la gana. – Comencé a correr para alejarme de él. Si que es un raro. Pasa de actuar lindo a gritarme la vida. - ¡Kennedy! ¡Ven acá ahora!

Me metí rápido a la sala B donde los demás ya estaban. Mi cara de terror era evidente y solo termine oculta tras Daniel aprovechando que era el mas alto de todos podría hacerle frente a Chris o al menos protegerme de su irá. Aunque seguramente se va a desquitar con todos nosotros. Nuestro capitán no tardo en ingresar a la sala avanzando directamente hacia donde yo estaba, pero fue detenido por los demás para intentar calmar al oso furioso.

— Quítate, Taylor.

— Capitán, ya tiene que calmarse.

— Chris por favor, necesitas bajar tu testosterona y contar hasta 10. – Dije mientras alzaba las manos en señal de paz. – necesitamos mostrarte lo que obtuvimos ¿Sí?

— Bien. Pero después de esto les asignare una tarea tan mala que desearan no volver a pasar por sobre mi autoridad.

— Si señor. – Dijimos los cuatro al mismo tiempo.

Como nunca antes las manos me estaban temblando, sentía los ojos fijos de Chris en mi espalda mientras intentaba a duras penas insertar la tarjeta SD dentro de la computadora donde tenia toda la información, eran como dos rayos láser golpeándome directo en la nuca. Drex se percató de mi tensión y el comenzó a hacerlo por mí, en serio este chico sigue salvando mi vida. Aclare la garganta antes de ponerme firme y segura, no me puedo dejar intimidar por el gruñón tras de mí. Después de todo mi comandante era mucho más aterrador que él.

— Bien, el es Clarence Donovan, dueño de Cleven una de las farmacéuticas más grandes del país, antes de lo ocurrido en Raccoon City eran socios con los ejecutivos de Umbrella, trabajaban en conjunto. En la subasta, Clarence compro el maletín que suponemos tiene las muestras del virus que usaron en Brasil.

— ¿Suponen? No es algo concreto.

— El maletín como ve Capitán tiene el logo de Umbrella. Y... - Suspire con pesadez antes de poner un extracto de mi conversación con Donovan.

— Estoy aquí para comprar armamento, uno en específico. No puedo darle detalles, pero es un arma que cambiara el orden mundial.

— Además, durante la subasta mencionaron claramente que era un invento del Doctor Phantom Colleman. - Continue mostrando las imágenes. – Él es Ian Peters, detenido en 2002 por comprar armamento biológico. También compro un maletín, aunque este no tenia logo. No sabemos lo que es. Pero pago mucho dinero por él.

— Bien, nos organizaremos después de que analice todo lo que tienes ahí.

— Si capitán. – Tomamos nuestras cosas para poder salir de la sala.

— Kennedy. No te autorice a irte.

— Me lleva el diablo. – Susurre entre dientes.

— Suerte, amiga. 

Chris y su personalidad cambiante

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Chris y su personalidad cambiante. 

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